Capitulo 22

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Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

Shion ingirió la fuerte bebida ignorando por completo a los dos varones. Tanto Danzo, como Zetsu, se reunieron con ella para informarle sobre el ofrecimiento que realizó Indra y ella se quedó en silencio analizando los últimos eventos. No dejó cabos sueltos, nadie podía vincularla con ese incidente, así que no veía el motivo por el cual preocuparse, de todos modos, si ella caía, lo harían ellos primero, por lo tanto, debían ocuparse de evitarlo a como diera lugar. Lo que mas le había molestado, fue el hecho de saberla con vida y ya recuperandose en casa del líder Uchiha.

--¿Escuchó lo que le contamos?—cuestionó Zetsu cansado de la extraña actitud de esa mujer. Danzo lo miró y no pudo evitar negar con la cabeza. Definitivamente había sido un grave error hacer tratos con una mujer despechada e irracional como ella.

—Ya, dejen el drama, nadie puede sospechar de nosotros, ademas, no complete mi cometido y cómo ya lo saben, mi intención es liquidar a esa maldita mocosa—las expectativas por tenerla en sus manos le causaban euforia, ahora no sólo quería asesinarla sin que la Hyuga supiera quien lo hizo, no, ahora su intención había cambiado a una mucho mas oscura. Quería verla muriendo día a día, ver cómo sus esperanzas se iban extinguiendo hasta quebrarla psicológicamente y al final, ella misma rogaría por morir.

—¡Pero señorita!—exclamó Danzo en tono de reproche—Pensé que usted querría irse por un tiempo, al menos hasta que las cosas se calmaran—Zetsu asintió de acuerdo con su compañero. Shion hizo una mueca de fastidio ante la estupida sugerencia.

—Pensé que eran de los mejores elementos con los que cuenta Indra, pero su actitud me está demostrando que sólo son un par de cobardes—de no ser por el poder que tenía esa mujer, ambos hombres la hubieran torturado por el insulto que recibieron y que nunca antes habían recibido. No era extraño que el líder Otsutsuki se hubiera deshecho de ella. La mujer era una engreída, una malcriada acostumbraba a obtener cualquier cosa que quisiera y aparentemente, Indra lideraba su lista de deseos, tanto se había obsesionado con él, que ni siquiera le importaba morir con tal de llevarse a la joven Hyuga por delante, la cual seguía en la lista de sus enfermizas obsesiones.

—Entonces no hay nada más de que hablar—añadió Zetsu preparándose para marcharse.

—Si, es lo mejor, después de todo no son mas que un par de inútiles y recuerden mantenerme a salvo, de lo contrario, serán ustedes quienes pagarán por el intento de asesinato... Como pueden ver, los tres somos cómplices y no podrán negarse a cumplir mis futuras órdenes ¿está claro?—cuestionó de forma retórica.

—Lo está—respondió Danzo sintiéndose un imbecil por haberse asociado y doblegado ante esa caprichosa mujer.

Salieron furiosos y una vez que subieron al auto, Zetsu golpeó el volante con frustración ¿como pudieron enredarse la soga al cuello? Si Indra llegaba a sospechar de ellos, estaba seguro que obtendrían una muerte lenta y muy dolorosa, mientras que la autora intelectual, se daba el tiempo suficiente de escapar.

—¿Que demonios haremos? Estamos en sus manos y para colmo continuaremos obligados ayudarla con sus locuras—Danzo buscaba una posibilidad de desaparecer a esa mujer, sin embargo, no encontraba una manera segura de hacerlo sin salir involucrados con ella.

[...]

Hizashi se derrumbó frente a la última morada de su gemelo y la que fue su cuñada. Las tumbas estaban bien cuidadas y tenían flores aún frescas. Seguramente Hinata fue quien las había colocado. Las lágrimas del Hyuga empañaron su visión y los recuerdos de ambos gemelos jugando, creciendo y conviviendo juntos invadieron todos sus pensamientos.

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