Capitulo 2

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Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.

Hikari no le contó nada a Hiashi por motivos de seguridad, sin embargo, su marido notó varias señales que le indicaron lo sucedido, mas no le aclararon quien fue el maldito que se quiso propasar con su esposa. Ella se veía temerosa y ante su silencio, optó por contratar algunos guardias de seguridad, logrando así, ver a su mujer mas calmada.

El Hyuga le sugirió a su esposa ya no trabajar mas y ella estuvo de acuerdo. Él era el único que salía a la oficina que se hallaba en la corporación Nara, con quienes se había asociado y los mismos que le hicieron la oferta para trabajar en Konoha.

Las dos mujeres de su vida se quedaban a esperarlo y en las tardes lo recibían felices de verlo llegar con rollos de canela y golosinas. Finalmente, después de tantos percances y sufrimientos, su familia lograba estar en paz, sin ayuda de las personas, las cuales hasta antes de Hikari, consideró también como familia. Algunas veces su hermano gemelo lo llamó, queriendo ayudarlo a escondidas de su padre, pero siempre se negó, puesto que no quería meterlo en problemas, con su "perfecto" progenitor. Y ahora contaba con suficiente capital como para que sus mujeres no se preocuparan por nada.

Para Hikari fue difícil olvidarse del miedo que llegó a sentir ante la posibilidad de ser violada. Estuvo las primeras dos semanas a la espera de que Indra regresara y terminara lo que empezó, no obstante, su amado maridó, con su amor y comprensión, logró sacarla adelante. Cuando los guardias llegaron se sintió mucho más tranquila y se dedicó a disfrutar de sus dos amores, Hinata, su pequeña lunita y Hiashi, el amor de su vida. Los meses continuaron tranquilos, luego el invierno llegó y con él, también el cumpleaños número seis de su hijita.

—¡Ábrelo princesa!—Hiashi llegó con una caja para la pequeña niña. Abrazado a Hikari, ambos veían como Hinata abría la caja con un moño de regalo por su cumpleaños.

—Ahh...—la ojiperla se sorprendió y de inmediato se sintió feliz—¡Papá!—un pequeño cachorro salió de la caja y de inmediato fue tomada en brazos de la niña, la cual no pudo con la emoción y comenzó a llorar agradecida con sus padres por esa gran felicidad.

—¿Te gusto?—le preguntaron sus progenitores y ella asintió sin dejar de llorar—Es una hembra, piensa en un nombre para ella—le dijo Hiashi sonriendo al ver feliz a su princesa, como la llamaba desde que nació.

—Te llamaras Kiala—le dijo poniéndola frente a su rostro y recibiendo unos lengüetazos. Hiashi sabía del amor que su hija le tenía a los animales y una vez instalados en Konoha, decidió que ese era el regalo que le darían en el cumpleaños. Le comento a su socio y este a su vez, le recomendó a los dueños de las veterinarias Inuzuka, los cuales también se dedicaban a la cria y entrenamiento de perros. El hijo de los dueños, un niño de ocho años, con una marcas rojizas en las mejillas, le recomendó una cria de labrador dorado, también le aconsejó que fuera hembra, para que le gustara mas a su dueña y después de ver la reacción de Hinata, le agradeció al pequeño experto.

—Gracias papá...te quiero mucho—Hiashi se derritió con el abrazo de su hija—También te quiero mucho a ti—Hikari se unió al abrazo, mientras Kiala corría entre la nieve del jardín. Sin duda alguna, ese había sido el día mas feliz de la familia y eso que todavía no le daban la otra sorpresa a su princesa, pensaba Hiashi acariciando el vientre de su mujer.

[...]

Madara ordenó vigilar la residencia Hyuga desde lejos. Mando a dos guardias para mantener segura a Hikari, después de lo sucedido, era lo menos que podía hacer por ella. Aún no podía entender como fue que su amigo de la infancia pudo llegar a portarse de esa manera tan despreciable y por otro lado, se obligó a no volver a actuar sin antes calcular la situación, como le sucedió con ella, terminando enamorado de una mujer ajena y todo por su inmadurez. Fugaku lo reprendió diciendo que detalles como ese podían costarle el liderazgo, ya que al fallar en algo tan pequeño, también podía significar, fallar en las cosas de gran interés, las cuales involucren a muchas vidas.

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