Corrimos tan rápido que nuestras piernas lo permitieron, hasta que pulsaron de dolor y hasta que nuestros pulmones ardieron y salimos a una de las calles de Anfield nos detuvimos. Megan sacó su inhalador de asmático intenso y se tiró al suelo.-Hace mucho no sacabas esa cosa.- Dije agitada y recargada sobre mis rodillas.
-¿Qué carajos fue eso? ¿Hace cuanto está esa puerta allí? .- Megan ya había utilizado su inhalador y podía hablar.
-No lo sé Meg, no lo sé.
***
Al día siguiente Megan y yo aún dándole vueltas al asunto, abrimos nuestros lockers para nuestra clase de Literatura, era mi materia favorita. Así que siempre iba de buena gana.
La gente hablaba a mi alrededor, al parecer ya era famosa por ser la chica que le había ganado a Michael Landon y Thomas Mikaelson una partida de billar. Lo que nadie había logrado en la historia de Anfield. Algunos me saludaban, otros sólo me miraban y decían algo por lo bajo. Jamás había tenido una atención así.
-¿Y si son unos locos que sacrifican gente ahí adentro? .- Dijo Meg sacándome de mis pensamientos, sentadas en el aula de Literatura.
-O es su cuarto de Juegos a lo Christian Grey y sodomizan vírgenes.-Dije sarcástica.
-No es hora de tu sarcasmo, no pude dormir bien anoche, estoy que necesito un café y tengo los nervios de punta.
-Yo tampoco dormí. Creo que debemos encontrar la forma de acercarnos a sus círculos.
-Tu les ganaste una partida. Puedes decir que ya eres popular, podríamos entrar por ahí.
-Si quieres me meto a sus camas y robo su ropa interior. Vamos Meg, sólo fue una partida, ya se olvidará.- (Y pasaron los años y aún se habló de esa noche)
El profesor Sanders entró al aula, casi corriendo. Era un señor con sobrepeso y de baja estatura, tenía su anillo de casado como de costumbre, aunque estaba divorciado, y usaba unas gafas de fondo de botella.
-El día de hoy jóvenes hablaremos de Orgullo y Prejuicio de Jane Austen. Más concreto, Sr Darcy y Elizabeth Bennet.
El amor de Darcy y Elizabeth era de mis favoritos y aunque el libro no mucho, podía dar toda una tesis de dicha relación. Levanté mi mano para poder hablar, pero en ese momento entró con sus gafas, loción a macho Alfa, playera ajustada que marcaba su abdomen y jeans de Prada, Thomas Mikaelson.
-Joven Mikaelson, llega tarde. Tome asiento por favor.- El profesor Sanders volvió a escribir en el pizarrón. Megan y yo nos volteamos a ver algo intranquilas pero disimulando. Thomas pasó por los pasillos, dejando su olor regado como jardín de gardenias mientras miraba algunas chicas muy seguro de sí mismo y coqueto. Llevaba una chaqueta de cuero. Al parecer era fan de ellas. Llevaba un palillo en la boca y jugaba con su lengua en el. Al pasar junto a mi se detuvo, quitó sus gafas, me miró con sus ojos grises penetrantes y soltó.
-Adams.- Sin más, ahora se sabía mi apellido lo que muchas chicas ahí se morirían si quiera por aquello.
-Mikaelson.- Dije sin seguir su mirada y mirar al frente.
Cuando se hubo sentado su loción penetraba hasta mis poros. No era agradable pero debía admitir que olía muy varonil.
-Bien continuemos. ¿Que me pueden decir de la relación de Darcy y Bennet?
Levanté mi mano para seguir como lo haría antes de que me interrumpieran.
-Creo que Lizzie era una mujer dedicada a ser más que eso, una mujer del siglo XVIII intentando no encajar en la sociedad. Así eso significará que su madre no volviera a hablarle.
Escuché una risa por lo bajo, detrás mío.
-A Elizabeth Bennet le gustaba Darcy, eso se le notaba a leguas. Sólo no quería parecer desesperada por un marido.
Voltee a ver a la persona que encontraba atrás de mi lado izquierdo sin darle crédito a sus palabras. Si Thomas quería guerra, guerra obtendria.
-¿Crees que lizzie era una desesperada? Si lo hubiera sido, se hubiera casado con Wickham en cuanto lo conociera. Lizzie sólo quería salir de los estereotipos de su época y eso era más que revolucionario.
-Ajam, pero bajo toda esa postura de mujer fuerte e inquebrantable había una desesperada por atención. Como le corrió la envidia al ver que su hermana más chica se había casado antes que la mayor. O mayores.
-Eso no es cierto, ella no era una tonta.
-Jamás dije lo fuera.- Thomas parecía muy divertido antes mi exaltación.- De hecho creo que es un personaje digno de admirar. Mas sigue siendo una desesperada. No necesitada.
-Ella quería ser libre. No quería casarse y tener hijos sólo por tenerlos. Pero igual tu no entiendes porque siempre has hecho lo que te dé la gana.- Una sombra de seriedad cruzó por sus ojos, aunque la sonrisa seguía ahí.
-Yo siempre hago lo que se me dé la gana nena.- Esa mirada que tenía hace un segundo se esfumó y volvió a ser el mismo Mikaelson de siempre.
-Bien, es suficiente.- concluyó el profesor.- Formarán parejas, este año leerán un libro cada integrante del equipo. Ambos leerán una novela de cada autor que yo les mencionaré. Los comparan y tendrán que hacerme un informe de quince hojas sobre cómo se diferencian y sus similitudes.
La colera aún me invadía, ese idiota me había dicho "nena" y enserio lo detestaba. No entendía cómo había mujeres locas por él. Megan volteó a verme y me tranquilice pues ambas éramos equipo siempre.
-Los equipos los haré yo.- Dictaminó el profesor Sanders. Voltee a verlo con mi cara de pokerface mientras nos observaba a cada uno. Fue mencionando a cada uno con su par hasta que llegó a Megan
-Megan usted será con... ¿Cómo te llamas? .- Dijo señalando a la esquina de su lado derecho con la esperanza de que dijera mi nombre pero no pasó.
-Edén.- Dijo sin más.
-Bien. Harán equipo.- Me miro a mi con cierto interés.- Y Morgan usted será con el Sr. Mikaleson.
Por las barbas de Merlín, por la sabiduría de Yoda. En qué maldito mundo debía ser así. No llevaba aquí una semana y ya estaba al límite con él.
-Mikaelson y Adams. Les toca Oscar Wilde.- Tiempo después el timbre de la clase se escuchó, y Thomas se levantó de su silla.
-Ten, mi número de teléfono.- Puso el papelito en la mesa y salió del aula como si después de ahí tuviera que ir a salvar el mundo. Tome el papelito y venía un número 55 64 10 23 33 y al reverso: Te veo nena.
-Morgan, te presento a Edén.- Megan me sacó de mis pensamientos, que querían estrangular a Mikaelson. Estreche la mano de Edén y me dedico una linda sonrisa.
-Un placer.- Edén parecía un Príncipe de Disney, era un chico físicamente del tipo bonito, era el chico que querías te llevara al baile, presentar a tu mamá, cosas así.
Los tres caminamos hacia la salida del aula.
-Y dime Edén, ¿que te trajo a Anfield? .- preguntó Megan.
-Tengo familia aquí, mi padre llegará pronto así que venimos a pasar el último año de preparatoria aquí.
-Bien. Bueno Meg y yo debemos hacer unos asuntos pendientes pero te vemos después.
-Claro.- Megan me observó con reproche pues claramente le había agradado Edén. Nos despedimos de él y nos despidió con un gesto con la mano algo penoso.
-Ya se como entraremos a su mundo.- Megan aún me veía con reproche por alejarla de Edén.
-¿Ah sí, cómo?
-Tengo el número de Thomas Mikaelson, buscaremos respuestas en su casa.
Hola. Este capitulo y el siguiente son un poco mas cortos. Agradezco mucho el que los lean y tengan bonita semana:)
xoxo 💕
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Los Hijos de Anfield (#1)[Completa✔]
Ficção AdolescenteEl olor me sacó de mis pensamientos. Un olor inundó mi nariz, el olor de un cigarrillo. Giré para ver de dónde venía el olor y mis ojos se abrieron como platos. Thomas Mikaelson estaba ahí, en la oscuridad, su traje impecable, con un vaso medio vac...