¡Ultimos tres capítulos!
Me desperté aturdida. Mis ojos se sentían pesados, mis demás sentidos de la misma manera, veía imágenes borrosas a mi alrededor, mi cuerpo se sentía como si me hubiera arrollado un autobús y mi cabeza ardían. La imagen borrosa poco a poco se fue aclarando. Recordé lo que había sucedido y obligue a mi cuerpo a reaccionar. La escena era aterradora, sacada de alguna película de suspenso. Nuestras manos y piernas se envongraban atados entre sogas y nuestra bocas con cinta gris, de esa que precisamente utilizan para secuestrar; Aemon estaba noqueado contra la pared, Daemon volvía en sí y Thomas a mi lado, sujetado a las cadenas donde no hace mucho estaba Marcus, ahora él se encontraba golpeado, herido y parecia agotado, no solo físicamente. El gran Thomas Mikaelson imponente y alfa del grupo que nunca creí ver derrotado yacía allí, con la mirada del diablo puesta en Marcus. Eden que apuntaban su arma a Michael y una Megan asustada, con el rimel corrido y los ojos hinchados. Me moví hacia su dirección pero entre todas las cosas que lo evitaban y el vidrio que nos separaba Marcus habló.
-Aquí, los Hijos de Anfield. Reunidos todos al fin. Mi pequeña sobrina es al fin una de ustedes. Debo aceptar que te subestime, tienes esa misma mente y mirada que volvio a tu padre tan...irritante.- Marcus me miró con sus ojos, que eran los mismos de mi padre, los mismos de Edén, que eran mis ojos.- Les advertí que mi venganza llegaría.- Nos miró a cada uno, detuvo la mirada un momento más en Thomas y en mí, orgulloso de su hazaña.
-Ya conocen a mi hijo Eden, no necesitamos presentaciones.- Eden sonrió del mismo modo, parecía orgulloso de ser su hijo. La sangre comenzaba a picar detrás de mi cabeza, como lava, mis ojos desorbitados buscando solución a lo que yacía ante ellos y mi respiración entrecortada, porque hasta yo temía por nosotros y por Megan.
-Esta pequeña ovejita de aquí.- Se acercó a Megan, tomando su hombro. Ella tembló ante su contacto, removí mis muñecas intentando sin éxito safarme, solo logré lastimarme - Fue el mejor de los peones, como actriz fue pésima pero mi hijo como actor lo maximo.
-Fue fácil enamorarla.- concluyó Eden.- Follármela y darle amor. Es tan patética.- Eden quitó la cinta de su boca que hizo una mueca de dolor en Megan.
-Morgan, lo siento tanto.- Comenzó a decir demasiado rápido.- Te juro que no sabía nada de esto. Creí… creí que Eden era bueno y me amaba.
-¡Callate! .- Eden la abofeteó y su cabeza giró sin control alguno. Michael, quien era el único que no estaba sujetado con sogas, pero en su boca si había una cinta, quiso caminar hacia ella pero Marcus lo apuntó con el arma. Quise detener todo aquello, quise regresar el tiempo, no haber metido mis narices donde no debía, quería seguir siendo Morgan Adams, deseaba no haber metido a Megan en todo ese lio.
-Niño, te mueves y te mueres.- El arma de Marcus apunto directamente a Michael.- Tú, tú fuiste un grano en el culo. Honestamente no quise matar a la otra chica ¿Cómo se llamaba? Ah sí, Olivia. Pero lo que crecía en su vientre era un riesgo. Cuando me lo confesó sabía que debía morir.- hizo un ademán con la cabeza.- Pero tenía que correr y dios, que gritona era.- Una vena brotó de la cien de Michael.
-Creo que han encontrado la pequeña bóveda familiar. Nos ahorraron muchísimo trabajo. Así que por ello los dejaré vivir. Pero viviran aqui o en otro lugar, ya pensaremos en eso.- Miro a su hijo que le devolvió una sonrisa torcida. Camino hacia la pared de cristal y entró a la cabina. Pasó lentamente por cada uno, hasta que se detuvo en Thomas.
-Y tu, pequeño hijo de puta.- apuntó el arma en su cuello.- Reza porque exista el cielo en el infierno.- Thomas no cedió la mirada y Marcus sonrió.
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Los Hijos de Anfield (#1)[Completa✔]
Novela JuvenilEl olor me sacó de mis pensamientos. Un olor inundó mi nariz, el olor de un cigarrillo. Giré para ver de dónde venía el olor y mis ojos se abrieron como platos. Thomas Mikaelson estaba ahí, en la oscuridad, su traje impecable, con un vaso medio vac...