8. Los acontecimientos de la Fiesta de Halloween.

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Yo, Morgan Adams estaba en mi cuarto, con un traje de los años 30's, zapatos finos de mi padre, un sombrero y un arma de juguete esperando a que Megan apareciera por la puerta.

-Yo voy mamá.- Dije cuando tocaron la puerta. Megan tenía un vestido liso pero al que le había hecho sus arreglos: Era un vestido negro, tenia estampado rojo disimulando sangre, un collar simple y un sombrero pequeño, había arreglado su cabello estilo 30's y tenía una sonrisa pícara en la cara.

-Oh Clyde hazme un hijo.

-Oh Bonnie, hazme tuyo.- Dijimos con fingida amor. Y aunque cada año hacíamos algo épico en parejas, la ocasión ameritaba una relación criminal. Mi amiga dramática y yo drástica.

-Se ven preciosas, dejen tomarles una foto.- Saco su teléfono e hicimos como que nos daban un beso y mi amiga que era más baja que yo no era difícil de cargar. Mi mamá me enseñó la foto y quise que ese momento durara para siempre.

-Se divierten, no tomen demasiado, y lleguen a una hora decente.- Mamá era una mujer muy liberal, siempre decía que confiaba en mí, que era demasiado madura para mi edad y que era una chica inteligente. Supongo que todas las mamás ven a sus hijos así. Nunca me prohibió algo y siempre llevamos una buena relación y comunicación.

Caminamos hacia la calle de los fundadores, más específico la casa de Thomas Mikaelson. Las calles estaban atestadas de niños y familias pidiendo dulces, ya saben ¿dulce o truco? aún era hora familiar así que podías ver niños con sus calabazas repletas de dulces, otros corriendo a casas donde habían abierto la puerta e iban como moscas, padres persiguiendo a sus hijos, patrullas rondando y no precisamente cerca de la calle de los Fundadores.

-Bien, repasemos el plan.- Dije caminando.- Yo buscaré respuestas, investigaré los cuartos de Thomas y Michael. Tu estarás en las escaleras, vigilando, haciendo que disfrutas la fiesta ok.- recorde a mi amiga acercándome a su altura para que me escuchara mejor y nadie nos escuchara.

-A la orden capitán. ¿Y Edén?

-Puede ser un plan B si todo sale mal.- Dije encogiéndome de hombros y rogando que no llegáramos a ese plan B. Giramos a la derecha y el ruido empezó a hacerse presente. Autos pasaban, gente caminando con disfraces de todo tipo, botellas y euforia por los ojos. Había patrullas en las calles de Anfield pero no merodeando aquella parte, era obvio que tenían indicaciones de no aparecer por ahí. La casa de Mikaelson estaba demasiado iluminada, tenía equipo de sonido y luces bien preparadas. La casa de al lado estaba iluminada también aunque no se veía mucha gente, sólo muchos autos. Al parecer servía de estacionamiento. La casa de enfrente donde residían Damon y Aemon tenía luces prendidas pero nada de gente. Parecía que sólo funcionaba de faro por si las dudas. Y la última casa, no menos hermosa, parecía que llevaba años sin ser habitada, pero estaba bien mantenida.

Estuvimos frente a la casa. La gente llegaba y llegaba, el ruido era ensordecedor y Megan y yo nos miramos.

-¿Estás lista? .- Le dije a mi amiga.

-Sólo si tu lo estas.- Y ambas caminamos hacia la puertas del infierno.

La gente bailaba al ritmo del DJ, había vasos y botellas regadas por todo el lugar. En la parte de abajo al menos había contado 4 baños, 8 cubículos y 4 habitaciones con corbatas en las manijas. Edén, quien venía disfrazado del mismísimo conde de Montecristo con una peluca negra y barba falsa nos saludó algo ambientado.

-Hay concursos de beer pong allá atrás, ¿quieren ir?.- Gritó entre el gentío.

-Claro.- Megan y yo lo seguimos, estábamos pérdidas en demasiada gente. Podías ver al DJ sintiéndose Steve Aoki moviendo masas de gente, aunque no me hubiera sorprendido verlo ahí. Lo primero que visualice al llegar a patio, pero eso no era un patio, era medio campo de fútbol, había 5 mesas con juegos de beer pong, del lado derecho una terraza enorme que funcionaba de pista de baile, la terraza continuaba hasta los límites de la casa, donde había sillones y mesas que funcionaban como mesas para ligar o simplemente descansar la piernas un rato. Y justo detrás había un ventanal enorme donde obviamente estaba el DJ sobre cimientos sobrepuestos. Y aun lado estaba Cronos, o al menos eso parecía el disfraz de Thomas Mikaelson. La música cesó por un momento para escuchar el sonido de un micrófono.

Los Hijos de Anfield (#1)[Completa✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora