💫Capítulo 22💫

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2 de diciembre:

En resumen de los últimos días, Eilean y yo nos veíamos a diario en la escuela, de vez en cuando teníamos nuestros momentos a solas y aunque eran breves aprovechábamos para besarnos, pero ya no era suficiente, una vez que probé sus besos, sus caricias, una vez que me demostró cuanto podía hacerme sentir por él con tanta intensidad ya no era suficiente, no podía seguirlo compartiendo, necesitaba que fuera totalmente mío, y si, lo había dicho millones de veces, pero ya esto era algo que me removía por dentro y no me daba tranquilidad pensar en que aunque sólo fuera una vez al día estaría con ella y yo no podría hacer nada.
Estábamos en el recreo, todos estaban merendando mientras hablaban, sin embargo logré de cierta forma apartar a Eilean del grupo por un momento.

—Necesito hablar contigo—le informo.

—Claro hermosa, dime.

—Voy a ser directa¿Cuándo vas a hablar con ella?

—Me dijo que la fuera a buscar hoy cuando saliera de la escuela por la tarde.

—¿Y lo vas a hacer? Es una buena ocasión para hablar con ella de una vez por todas—reflexiono.

—No, voy a esperar a mañana para ir a su casa y hablar con su madre—otra vez excusas—bueno no, porque mañana su mamá trabaja, así que sería pasado mañana entonces...—y es justo ahí cuando dejo de escucharlo.

Mañana.. mañana.. mañana.. mañana.. mañana.. mañana.. mañana.. mañana.

¡Estoy harta!

Grito por mis adentros.

Todos tenemos un límite...

Me recuerda mi consciencia.

—Bien—digo y me doy media vuelta.

Ya estaba otra vez esa molestia, lo peor de todo era no poder reclamar, porque sabía que lo que estaba haciendo no era correcto, porque solo estaba rompiendo una pareja.
Siento como me sigue con su mirada, me siento junto a los chicos, Elena y Sofía que conversan animadamente, pero yo solo me quedo en silencio haciendo como que los escucho, pero no nos engañemos, en realidad estaba en mi propio mundo, en mis pensamientos.

Se acabó, sé que he dicho esto millones de veces, pero esta es la definitiva, esta situación ya me supera, él nunca la va a dejar, siempre habrá una excusa, una justificación, algo mejor que hacer, una fecha inapropiada, nunca será el momento.

Se acabó...

Pensaba una y otra vez, me lo repetía para convencerme, era definitivo.

Ni siquiera le presté atención a las clases, simplemente era un robot, como siempre propusieron ir a por un helado, íbamos en grupo, todos conversaban alegremente, mientras yo solo podía recordar los últimos días torturándome psicológicamente, ni siquiera había dicho una palabra desde que hablé con Eilean.

Cuando llegamos al local me di cuenta de que no tenía dinero para pagar mi helado, yo y mi mala costumbre de salir de casa sin dinero, pero no pensaba dejar pagar a Eilean como siempre, estaba demasiado enojada con él y no pensaba rebajar mi orgullo, por lo tanto pensé en otra opción, y afortunadamente la encontré.

—Harry—le dije mientras me acercaba discretamente a él para que Eilean ni siquiera se imaginara lo que iba a hacer—Necesito pedirte un favor.

—Claro Rach dime.

—Necesito que me prestes dinero para mi helado, te juro que en la tarde te lo devuelvo—le pido.

—Claro, ni siquiera tienes que devolverlo, yo te los doy y ya—me dice generosamente.

Como estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora