💫Capítulo 11💫

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Eilean en un movimiento rápido hizo girar mi cuerpo para que quedara frente a él, se inclinó para estar a mi altura y puso su boca sobre la mía.
Pero no, nuestros labios no llegaron a juntarse, por lo tanto no nos besamos¿Quieren saber por qué?

Pues sencillamente porque los nasobucos de ambos cubrían nuestras bocas, impidiendo que pudiéramos probar el sabor y la textura de los labios del otro, sin embargo fue suficiente para acabar con mi estabilidad emocional, tal vez no haya sido un beso, pero esa había sido su intención.
Lo más raro del caso es que él solo siguió caminando, sin levantar sus manos de mis hombros, después de unos segundos de salir del shock donde me encontraba logré seguir caminando y justo cuando miré al frente vi a Harry aparecer en nuestro campo de visión, estaba solo a unas dos cuadras de nosotros, Tyler y David estaban allá también, saludando al recién llegado y los tres iban hacia el colegio, aunque en la distancia en que estaban solo tenían que dar unos pasos más para entrar. Al parecer nadie había visto nada de lo ocurrido y eso era un alivio para mi, no soportaría tanta vergüenza.

—Eilean, Harry está ahí, va a ver como...—digo haciendo un movimiento en círculos entre su brazo y mis hombros para que me comprendiera, porque no sabía cómo llamarlo.

—No me importa—me dijo mientras me alentaba a seguir caminando a la escuela y una sonrisa bailaba en mis labios.

Fue ahí cuando lo comprendí, esa era su forma de asegurarme que todo acabaría pronto, por eso no le importaba lo que Harry le contaría a su prima, porque él planeaba dejarla primero.

✨✨✨

Correr...

Tiempo...

Velocidad...

Joder Rachel hablando así ni yo que sé a lo que te quieres referir.

¿Les he dicho que odiaba a mí consciencia? Porque nunca me cansaré de repetirlo, era insoportable.

Bueno lo que quieras, pero¿vas a acabar de explicarles de qué demonios estabas hablando o tendré que hacerlo yo?

¡Tú cállate! Solo eres una consciencia que a nadie le importa, ni siquiera eres la protagonista. Cómo iba diciendo...

Eran unas de las primeras clases de educación física y por lo tanto el profesor tenía que hacer algunas pruebas para saber nuestro rendimiento deportivo, la cosa es que hoy nos tocaba la resistencia¿o era la velocidad? Bueno total, que teníamos que correr mucho y muy rápido, daba igual el nombre técnico que tuviera esa tortura.
Había corrido lo más rápido que podían aguantar mis piernitas, OJO y repito "lo más rápido que podían aguantar mis piernitas" en ningún momento había dicho que lo hubiera hecho bien o que fuera suficiente.
La cosa es que había hecho demasiado ejercicio, no estaba acostumbrada a ello y por lo tanto estaba mareada, a punto de tirarme al suelo porque mis piernas no podían soportar el peso de mi cuerpo y con ganas de morirme para dejar de sentir este horrible malestar interno.

Me había sentado junto a Eilean, el cual estaba preocupado por mi estado, claro, no era normal que una chica estuviera agonizando tanto por una carrerita, pero yo no era una chica normal, si me iba a querer tenía que hacerlo con mi mala suerte para las carreras incluida.
Por alguna razón habíamos comenzado a hablar de cómo las mujeres cambiaban tanto su físico que dejaban de verse como eran en realidad, por ejemplo, como teñían su cabello, como se hacían cirugías para hacerse un trasero más grande, etc, etc.

—Bueeeeno, digamos que yo tampoco es que sea cien por ciento natural—le digo un poco avergonzada con la confesión.

Me levanté un momento para acomodarme el short que se había corrido por culpa de la carrera y vi como Eilean me observó con los ojos muy abiertos de repente.

Como estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora