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El sábado llego más rápido de lo que hubiera esperado y aun no tenía claro de qué manera iba a presentar a Harry ante toda su familia, amigos y conocidos.

Con los nervios a flor de piel, condujo lentamente hasta Parkhill Road, donde Harry lo estaba esperando junto a sus amigas.

El rizado subió al automóvil en silencio y fijo su vista en la ventanilla.

—Buenas tardes Harry.

—Buenas tardes Louis —su voz era suave, ronca.

Suspiro, no quería hacer eso, mierda, se estaba arrepintiendo de haberle hecho tal propuesta.

Harry seguramente pensaría que querría tener sexo después del evento.

—No tienes que hacerlo si no quieres ¿Sabes?

Harry volteo a verlo, sorprendido —¿A qué te refieres?

—A todo esto. Venir conmigo a una fiesta llena de personas estiradas que solo fingen que no se odian. No tienes que hacerlo si no quieres. Sé que yo te lo propuse, pero no tienes por qué venir. De todos modos, te pagaría igual.

—¿Y quién dijo que yo no quería hacerlo?

Aquella pregunta lo dejo completamente desconcertado, logrando que pisara el freno de golpe cuando vio que tenía luz roja.

Bruscamente volteo a ver a Harry —Tendré que presentarte como mi pareja. Como mi novio ¿Estás de acuerdo con eso?

—Sí. Si tienes que hacerlo, sí. Estoy de acuerdo —sus ojos verdes parecían que le traspasarían la piel en cualquier momento y podrían ver el interior de su alma.

Suspiro, pasándose la mano por sus cabellos, ignorando los bocinazos de fondo.

—Tienes luz verde —murmuro Harry.

Salió de su turbación, y piso el acelerador. Concentrándose esta vez en conducir y no en el chico de cabello rizado y ojos verdes que estaba sentado a su lado.

Pero le era demasiado difícil, le era muy difícil porque era consciente de su presencia en aquel espacio tan reducido.

—¿Has hablado con tus padres últimamente? —se reprendió mentalmente por aquella pregunta.

—No. No he hablado con ellos en un buen tiempo, a veces hablo con mi hermana, pero no sé porque te interesa saber eso.

—Porque ellos podrían estar preocupados por ti y estoy seguro que te ayudarían si lo pides —se mordió la lengua, estaba metiéndose en asuntos que no le correspondían.

—Ellos me llevarían de vuelta a Holmes Chapel y su aburrida vida si se enterasen que me vendo para obtener dinero, no los conoces Louis.

—No sabes eso.

—Sí, lo sé, porque es lo que intentaron hacer cuando llegué a Londres y les dije que me estaba siendo difícil encontrar un trabajo. Así que no, no hablare con ellos ni les pediré ayuda.

Suspiro, sumiéndose en el silencio que invadía su camioneta, no tenía mucho más para decir contra aquello.

No eran sus asuntos, no eran sus problemas, no debía ni tenía porque inmiscuirse en ellos, pero por alguna razón estaba desesperado por hacerlo.

Continuó conduciendo, fijando toda su atención en la carretera, finalmente 20 minutos después llegaron a su apartamento.

Bajaron de su auto en silencio e hicieron todo el camino hasta su departamento de la misma manera.

Internamente agradeció el no haberse cruzado con ninguno de sus vecinos ese día.

Entraron en su apartamento y suspiro, dejando las llaves sobre la mesa.

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