Capítulo 22. Entrando en calor

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Otro más, estamos en la recta final ¿Cómo ha cambiado el clima, no? Ya se parece más al Krypton glaciar de los comics que al norte de la India dónde me basé.

Quiero agradecerles sus comentarios, me animan mucho, se que no siempre los contestó, pero es que a veces simplemente no sé que decirles, gracias de todos modos, sin más que lo disfruten.

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Por la mañana, reanudan el viaje, hay vistas dignas de fondo de escritorio determinado de computadora, pero la mayoría son rocas, subir, bajar, nieve; la monotonía afecta más duramente al equipo que cuando estaban en la selva frente cientos de kilómetros de árboles verdes. En las montañas, los colores claros, la falta de sonidos y sombras saturan la mente mucho antes que las incertidumbres escondidas en el follaje de los bosques tropicales; transmite un sentimiento muy diferente de soledad con el que el cerebro apenas puede lidiar. Cerca del medio día el grupo llega a un lago, se extiende entre dos montañas, tan cristalino como un espejo, es tan hermoso que parece irreal, provocando ruidos de admiración en cada uno de los miembros de la expedición.

-Debemos detenernos, necesitamos abastecernos y creo que hablo por todos cuando digo que necesitamos un baño- dice la capitana.

-Aún tenemos todo el día por delante, podríamos avanzar un poco más- sugiere la señorita Luthor.

-No sabemos si hay agua más adelante, además en este valle estaremos bien protegidos del viento. Creeme a veces es mejor una pausa antes de colapsar de cansancio.

Kara siempre le habla a Lena de la mejor manera y sus argumentos hacen a la joven científica termine por ceder, así que el equipo se dispersa por la orilla. El campamento ya no es solo poner las tiendas, éstas deben ser colocadas lo más juntas posible para cubrirlas con unas lonas especiales que las protejan del viento y el frío.

-El agua está tibia, ha recibido sol toda la mañana, vamos a lavar la ropa, luego nos bañaremos. Después debemos recolectar comida y abastecer nuestras reservas de agua, de ahí en fuera habrá tiempo libre para descansar.

Más tarde, Alex se ha quitado los zapatos para entrar al agua y lava su cara viendo en su reflejo la desastrosa cicatriz sobre su frente. La piel a lo largo de la herida está hinchada con el borde pigmentado de morado a rojo, los puntos maltratados dan la impresión de querer reventar en cualquier momento.

-¿Estás bien?- pregunta la rubia llegando a su lado.

-Soy un monstruo- dice desviando la mirada.

-Ya lo eras antes de caer por ese agujero- juega un poco, ganándose una mala cara de la guardaespaldas-. Era una broma, lamento no haber podido rescatar tu rostro de galán- dice levantando las manos en son de paz- Mis conocimientos médicos son muy básicos, yo también quisiera que la doctora estuviera aquí.

Danvers suspira, agachándose nuevamente para tomar un poco más de agua entre sus manos y lavarse.

-No es la cicatriz, tengo por todo el cuerpo- se incorpora y levanta su camisa revelando una profunda marca a mitad del abdomen-. Metralla- luego sube la manga de su brazo izquierdo mostrando otra profunda incisión-. Un asalto frustrado a mi unidad, no es la marca, es lo que significa, el recuerdo. La señorita Arias, esa maravillosa mujer está probablemente muerta porque no di el ancho. Este trabajo es muy demandante y dejé todo ese peso sobre tus hombros Zor-El, en manos de alguien menos capaz hubiera habido más muertes esa noche. Seguimos aquí gracias a ti.

Las dos tienen por un momento la intención de darse un abrazo. Se miran un largo rato, pensando si es correcto cruzar esa linea, pero dado lo que habían vívido ¿Qué más daba? Por lo que se abrazan.

La expedición a KryptonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora