Capítulo 8. Kriptonita roja

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Se que me tardo, pero bueno aquí esta, quiero decir que no soy bióloga, ni geóloga, así que si tienen dudas pues... Ya somos dos jeje.

Kara se acuclilla examinando las obvias huellas de un campamento abandonado, sin embargo sus ojos se cierran por momentos.

En la madrugada había sido levantada por un alarmado Winn que le dijo que había problemas, salió de su tienda con apenas tres horas de sueño encontrándose con Alex ya despierta. La capitana intentó intervenir sus señales de radio, pero ninguna de las frecuencias daxamitas que conocía sintonizaba, entonces levantaron el campamento y las ex militares se adelantaron para la confrontación, sin embargo, sólo encontraron un sitio vacío por lo que mandaron a llamar a los demás.

–¿Qué dices Kara?– pregunta Luthor.

–Quien haya sido ya se fue– contesta la rubia bostezando.

–Podríamos organizar una búsqueda– propone la guardaespaldas.

A lo que Zor-El busca la roca más cercana y se sienta.

–Podrían estar cerca– musita Imra con preocupación.

–Si no son daxamitas entonces ¿Quiénes son?– pregunta el topógrafo.

–Kara ¿tú que opinas?– pregunta Luthor, el grupo voltea hacia ella y la ven dormitando con su cabeza recargada en el rifle. –¡Kara!

La kriptoniana salta en su lugar.

–¡Ah!– la rubia mira al equipo. –Amm... Lo mejor será quedarnos un día y realizar un amplio reconocimiento para– bosteza. –Para determinar el área segura y conocer a lo que nos estamos enfrentando.

–Inaceptable, sabes que no podemos retrasarnos más– dice Lena molesta.

–Lo sé, lo sé– replica Zor-El tratando de pensar en otra opción, sabe lo importante que es para la joven científica cumplir con el itinerario. –Bueno, entonces sigamos, ya lo que sea que encontremos le hacemos frente.

El grupo asiente en acuerdo por lo que retoman su caminata. Alex en esta ocasión va adelante y la capitana en la retaguardia con Lena a su lado.

–¿Kara?

–¿Si?

–¿Crees que estamos ante un peligro real?

–Todo el tiempo Lena– la capitana da un salto al frente en un desnivel y luego se da la vuelta para cargar a la joven científica y ayudarla a bajar. –Sé que vamos retrasados. Te dije que los pondría en la meseta en 90 días, con 15 puntos de control, sólo tenemos seis días entre punto y punto con aproximadamente 35 kilómetros entre cada parada, apenas resulta el tiempo medido para avanzar 17 kilómetros por día y quedarnos 4 días por punto para sus análisis ¿La posibilidad de que alguien se nos esté adelantando te ha puesto tensa eh?

–Wow ¿Tú, cómo?– pregunta Lena sin soltarse de sus hombros.

–Leí los protocolos de tu investigación, los informes de hasta hace dos años e incluso le llamé a un ex compañero, para actualizarme un poco sobre la situación de la frontera de territorio explorado.

Lena la mira con fascinación.

–Sencillamente impresionante señorita Zor-El.

–Ya te lo dije, cumpliré está misión, tu solo confía en mí.

Las dos se sonrieron, Kara seguía con las manos en las caderas de Lena, que aún no apartaba las manos de sus fuertes brazos. La rubia quería decir algo para aminorar la tensión, más de su boca no salía ninguna palabra, sólo una sonrisa que se ensanchaba a cada segundo e inconscientemente apretó el agarre de sus manos, la joven científica dio un respingo al sentir las manos de la capitana ascender por su cintura, sin embargo se detienen a la altura de sus costillas.

La expedición a KryptonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora