Capítulo 7. Olores

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Hola, lamento la tardanza, ya voy a intentar retomarla, gracias por su paciencia.

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Nuestro olor corporal es tan cotidiano que pasa inadvertido cómo el sabor de nuestra saliva, sin embargo, acostumbrados a la higiene los últimos siglos, el olor de sudor se ha vuelto tan desagradable, que nos damos una ducha tan pronto sea posible.

Aunque una vez más el trabajo de campo crea situaciones extraordinarias para la rutina diaria; llueve constantemente, no hay baños, ni lavanderías por lo que la necesidad de preservar la poca ropa limpia que se lleva para el viaje es prioritaria sobre la necesidad de cambiarse, sin embargo, ahora sí han pasado dos semanas, están por levantar el campamento para ir al siguiente punto de control y la ropa limpia se ha agotado.

El equipo le ruega a Kara que les permita bañarse y lavar su ropa, pues su propio olor ya les resulta insoportable, la capitana junto a Alex que han pasado semanas sin tocar el agua en servicio aún no experimentan molestias pero comprenden por lo que los demás están pasando, así que aceptan. Las dos se ponen de acuerdo y van al río para acondicionar en área para el baño.

Kara con el machete corta cuatro palos largos y clava uno en la orilla, luego se mete al río unos seis metros hasta que el agua le llega al pecho y clava el siguiente, sigue contra corriente para poner el otro a la misma altura para finalmente regresar a la orilla y poner el último; Alex detrás de ella va colocando una malla de tela de manera que forman una especie de corral, la malla es de una tela inteligente que filtra la suciedad y organismos que puedan estar presentes en el agua, creando un área limpia y segura para lavar su ropa y asearse.

El equipo espera pacientemente junto al río hasta que la capitana y la guardaespaldas salen del agua.

–Muy bien– empieza Kara. –Lavaremos primero la ropa y ya después podemos bañarnos, será en grupos de dos, Alex y yo al último para recoger la malla.

Todos hacen ruidos afirmativos y cómo pueden lavan su ropa sobre las rocas de río, Winn y J'oon se quedan a cuidar el campamento. Después de un rato todos están en ropa interior a lado del río, Kara ha podido improvisar un lazo armándolo entre dos árboles para colgar la ropa.

–¡Esto es muy curioso!– dice Imra contenta tallando su blusa contra una roca

–¿A qué te refieres?– le pregunta Mike que está junto a ella exprimiendo sus calzones.

–Yo nunca había lavado mi ropa– confiesa examinando su blusa para ver si no la rompió por sus bruscos intentos de quitar las manchas de sudor.

-¿Hablas enserio? Pero ¿No ayudabas a tu mamá? ¿Ni en la universidad?

–La universidad tenía lavandería, y en casa, nuestros trabajadores lo hacen por mi– contesta acercando la botella de jabón líquido para ver si así salen las manchas.

–¿Trabajadores? No imaginé que fueras una chica rica, espera– dice biólogo quitándole la botella antes de que derrame el líquido en la ropa. –Déjame mostrarte cómo se hace. En Smallville dónde crecí la lavandería cercana no permitía acceso a daxamitas así que mamá y yo íbamos a un río en el bosque– explica enseñándole a lavar su blusa.

El la orilla, Kara está tendiendo su ropa en el lazo.

–Lindo trasero– la rubia voltea ante elogio y ve a Sam mirando abajo, pues sólo trae puesto el bóxer y una camiseta sin mangas.

–Señorita Sam por favor– pide sonrojada.

–Lo siento no quería incomodarte.

–¿Enserio?

La expedición a KryptonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora