Capítulo. 17 Desde las tinieblas

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Un capítulo más de esta historia, ahora que terminé Kara la Gigante, se que nada es imposible, quiero que sepan que aprecio su infinita paciencia, de verdad, debe ser porque disfrutan mucho de esta historia, lo cuál, enserio, aprecio, gracias, sin más que lo disfruten.

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Al empezar los trabajos al día siguiente, el equipo está terriblemente exhausto, pero ya se han acostumbrado al desvelo y al cansancio, por lo que se inician el día anciosos, negándose a acumular más tareas de las que ya tenían pendientes.

Kara empezó su mañana ayudando a Winn.

-Ya estamos listos- dice el joven tacleando en su tablet.

Un mapa 3D se proyecta sobre el terreno, pero no es lo esperado, parece un cañón, un agujero, una fosa, la deformación del espacio por algún cuerpo celeste.

-¿Que demonios es eso?- pregunta la señorita Luthor al verlo.

-El hoyo negro de Krypton- se burla la capitana.

-¡Winn!- grita Lena con el rostro rojo de la rabia-. Para este punto debías tener nueve estaciones, completamente terminadas y con su proyección 3D a detalle ¡Explícame esto!

-No lo sé, señorita Luthor- dice el topógrafo nervioso, pasando su dedo por la tablet cambiando los mapas, todos son proyecciones amorfas.

-Me revisas dato por dato hasta que encuentres el error- dice su jefa a lo que Schoot asiente tenso, luego la ira Luthor se dirige a la rubia que se sigue riendo-. ¡Y tú!- Zor-El deja de burlarse inmediatamente-. Ayúdale, nada de descansos hasta que esos mapas estén listos.

Se aleja de ellos y Kara le da un manotazo a Winn antes de dirigirse a la tienda del topógrafo a revisar el trabajo.

Del otro lado del campamento Ardeen y Matthews toman muestras de la ribera del río, la joven de la tierra y el muchacho de la vegetación.

-¿Porque desidiste estudiar geología?- pregunta el biólogo al verla analizando una roca, estando de cuclillas con el lodo hasta los tobillos.

Imra levanta la mirada dirigiendo sus ojos verdes hacia él tan fijamente que se sonroja y regresa la vista a las plantas en sus manos, a la joven le causa gracia, recordando que cuando conoció al nerd de lentes y corbata de moño la noche antes partir no le habría dado una segunda vista, pero ahora que lo conocía, sentía muy raro cuando no lo tenía cerca hablándole.

-Fue por un acto de magia- responde guardando la roca en la cubeta que llevaba y levantándose para sacar sus herramientas de su mochila.

-¿Magia?- pregunta él con prácticamente la cara pegada al suelo.

-Si, mi familia era dueña de una importante compañía minera.

Él se voltea inmediatamente, a lo que ella levanta las manos con sus herramientas.

-Si, sé cómo suena- cuenta agachándose de nuevo-. Pero así fue. En casa tenemos minerales costosos en vitrinas y de niña siempre pensé que eran comprados en tiendas como la leche o almohadas- titubea al no pensar en un mejor ejemplo-. Yo solía pasar todo el día con mi madre, fue Miss Universo así que todo el tiempo era invitada a grandes eventos y pasarelas, toda una socialité y amaba las joyas, si que las ama. Vive el sueño al estar casada con el dueño de un imperio minero, pero fue por eso. Ella estaba arreglándose para una gran gala, probándose frente al espejo el nuevo regalo de papá, una gargantilla hecha en oro con diamantes cortados en gota, cielos, su valor estaba arriba de mi colegiatura en la carrera.

La expedición a KryptonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora