Capítulo 24. El camino al otro lado

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Hola, lo que vieron en el capítulo anterior es la razón por la que este fic es G!P.

Ya que si hubiera puesto a Kara como una mujer la historia no cambiaría en nada a excepción de esta parte, porque si no tuviera pene, Lena no habría insinuado que tenía la responsabilidad de continuar su especie, preferentemente con ella; pues aunque también sería fértil, involucraría otras tramas, como inseminación invitro, un procedimiento más elaborado que requiere su consentimiento a diferencia de la amenaza de tener un "accidente" algo que las dos saben puede pasar si no se cuidan.

Y sobre el final, iba defenderme diciendo que yo no hago finales tristes, pero eso es una mentira, me pongo matar personajes a diestra y siniestra si la trama lo requiere, sin embargo, no es el caso.

En fin, sin más que lo disfruten.

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Kara se desliza por unas rocas, estrellándose contra el suelo. El recuerdo de dejarse ir por una resbaladilla en su infancia viene a ella, sin embargo, no es su padre quien la recibe al final, es el suelo duro. Su piel fría atrapa sus músculos, no quiere seguir caminando, pero debe hacerlo, alguien morirá si no lo hace, podría ser ella misma si no lo logra.

No debió deshacerse del impermeable, aunque después de la lluvia, la temperatura descendió bajo cero y no quería esa prenda congelándose sobre su cuerpo. Todo lo que tiene es un GPS, un mapa y una lámpara para ver escasamente en el camino. El frío se filtra hasta sus huesos provocándole dolor en las articulaciones, evidencia de estar envejeciendo, se permite reír, Lena había dicho 100 años más ¿Cien? Iba ser una mala broma si sobrevivía esa noche.

Pero recordar porque está haciendo todo eso la motiva seguir, pese a su piel rompiéndose por el clima o que las puntas de sus dedos se coloreen de morado mientras escala. Era por J'oon y era un castigo, no quería dejar a Lena, maldita sea, el dolor aún no es suficiente por haberla lastimado. La ama con todo su corazón, y dejarla ir en contra de todo lo que siente ha sido su peor error, herirla, echarle en cara su matrimonio fallido, todo en un intento de poner distancia, real y emocional, y aunque sus intentos fueron despiadados, la joven científica aún quería estar con ella. Tanto, que se abrazó a ella tirando por la borda toda su dignidad, rogándole, suplicándole para que se quedara, así que tuvo que pedirle a Alex que la retuviera mientras partía.

Un resbalón provoca que caiga en un rellano, no es una altura fatal, pero el golpe en las costillas por poco la deja inconsciente. Se incorpora minutos después, apenas puede respirar, probablemente tiene roto algún hueso y todo lo que puede pensar es en Lena. Tiene que vivir, para hablar con ella una vez más, no quiere dejar las cosas así, sin embargo, también piensa en la palabra que ocasionó el problema. Niños ¿Niños? No, no podría. Un pequeño de las dos y Lena, si algo les pasara, si desaparecieran como todas las personas en su vida, al fin tendría el valor de ponerse un pistola en la boca. Y no es culpa de Lena el destino que la persigue, mucho menos de un niño inocente, ella debe entender y ojalá la pueda perdonar.

El recuerdo de ese día en el parque con sus padres la vuelve a embargar, ellos juegan con ella y están felices. Después las risas se apagan, un auto negro se detiene junto al parque y de el baja un hombre vestido en traje militar.

"¿Te tienes que ir papá?" preguntó la pequeña rubia.

"Si mi princesa, pero volveré" explicaba el hombre dejándola en brazos de su madre, ella empezó a llorar "No, no pequeña, tienes que entender ¿Quieres oír una historia?"

Retoma la escalada dispuesta a llegar, la nieve y la oscuridad son sus únicas acompañantes. Las horas pasan y cualquiera con menos temple ya se habría desesperado, minuto tras minuto y sigue en las montañas, no parece que realmente esté avanzando, pero Kara sabe que si, que cada paso, muro escalado o roca salteada, es una parte del camino que deja atrás. Ha entrado en trance decidida a abandonar todo rastro de debilidad, olvidarse del dolor y el cansancio, del hambre, ignorar sus piernas acalambradas o los músculos muertos de sus brazos, un paso a la vez, su caminata llegará algún lado, con Jack o hacia su propia muerte, todo es cuestión de con cuál se encontrará primero.

La expedición a KryptonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora