MI ÁNGEL

CAPITULO 1

-¡Corran!- exclamaba el rubio en la entrada de la guarida- ¡No quiero llegar tarde.

-Tienes mucha energía- murmuró él pelinegro- yo nisiquera pude dormir bien.

-Naruto tampoco durmió- dijo un azabache llegando a su lado- estuvo hablando con sus clones toda la noche.

-¿No te deje dormir?- Preguntó el rubio.

-No te preocupes ángel, yo no tenía sueño- dijo y le revolvió en cabello.

-¿Ya llevan todo?- Preguntó la pelimorada y les entregó sus almuerzos.

-Sip- dijo el rubio con una sonrisa.

-¿Llevas la arcilla?- Preguntó Deidara quien también llevaba una mochila.

-Aquí está- dijo y mostró un pergamino Blanco.

-¿Tu marioneta?- Preguntó Sasori.

-Aquí- dijo y mostró otro pergamino, este era rojo.

-¿La guadaña?- Preguntó el Jashinista y luego se la entregó.

-Casi la olvidó, gracias.

El día anterior, Hidan llegó con un regalo para el rubio, una guadaña similar a la suya, pero está era naranja.

-¿Y la bandana?- Preguntó el azabache mayor.

-¡Aquí la tengo!- exclamó y mostró una bandana de Amegakure.

-¿Ustedes llevan todo?- Preguntó la pelimorada a los otros dos.

-Por supuesto, anoche sellé todo en mis pergaminos- dijo y los mostró.

-Perfecto- dijo y los abrazó- suerte.

-Gracias- dijeron los tres.

-¡Es hora de irnos!- exclamó el rubio mayor.

Naruto corrió hasta Madara y lo abrazó escondiendo su rostro en su pecho.

-Gracias por la oportunidad, papá- dijo y el mayor le acarició el cabello.

-Cuidate enano, y si alguien en Konoha intenta hacerte algo házmelo saber, para que no vuelva a ver la luz del día- dijo y besó la frente del menor quien le entregó una de sus mejores sonrisas.

-¡Lo haré!.

El rubio corrió junto a su equipo y comenzaron su camino a Konoha.

-Ahora- dijo el azabache y miró al resto de la asociación- ustedes síganme, les explicaré el nuevo plan.

Todos lo siguieron temerosos, esperaban no tener que hacerle daño al rubio, o se verían obligados a darle la espalda al Uchiha y huir con el menor.

-¿No se sienten nerviosos?- Preguntó la pelirroja- después de todo volverán a Konoha.

-Yo prácticamente nunca estuve ahí- dijo el rubio- y estoy más que agradecido, según entiendo, los jinchiriki son tratados como basura y a mi no me gustaría ser tratado así, mucho menos por la aldea que mis propios padres salvaron sellando a Kurama en mi.

La pelirroja asintió, tenía razón, a ella tampoco le gustaría.

-¿Qué hay de ti, Ita?- Preguntó el rubio menor.

-No me interesa en realidad- dijo con franqueza- sólo iré por qué quiero ver a mi hermano participar, y por qué quiero ver a mi ángel en acción- dijo para revolver en cabello del rubio.

-Tu ángel... ¿Por qué lo llaman así?- Preguntó el pelinegro.

Itachi y Deidara se miraron, claramente ese sobrenombre tenía un significado diferente para cada uno, para Khonan era su ángel porque deseé el primer momento le encontró parecido con uno, ya saben, rubio de ojos azules, prácticamente solo le faltaban las alas.