"Los omegas no juegan deportes, son delicados, van detrás de alfas y están hechos para ser protegidos"
Kageyama Tobio, un omega, piensa ¿qué clase de mierda es esa?
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Su teléfono lo despertó antes, creyendo que era su alarma, intentó apagarla, pero el teléfono volvió a soñar.
"Llamada entrante. Tomu" decía en la pantalla con letras blancas demasiado brillantes para sus ojos recién abiertos. Bufó, cualquier cosa que su amigo tuviera que decir, mejor fuera importante.
"¡Tobio!" Suena en la línea al instante. "Perdón por despertarte"
"¿Qué mierda quieres?" Pregunta Tobio con la voz ronca matutina.
"Uh, yo... sé que tienes clase hoy y que probablemente no ibas a venir a mi partido."
"Ve al punto"
"Olvidé mi mochila en la cocina y..."
"Quieres que la lleve" Termina Tobio con un suspiro pesado. "Está bien, voy a saltarme la escuela y ver tu estúpido partido."
"Te quiero, eres un ángel, te compraré comida" Tsutomu dice para intentar apaciguar el claro mal humor que Tobio tiene todas las mañanas.
"Vete a la mierda" contesta Tobio antes de colgar.
Ahora, Tobio tenía algunas prendas extra en casa de Goshiki, por eventos como este (que pasaban más a menudo de lo que deberían). Ropa básica en su mayoría. Y tuvo el tiempo suficiente para elegir un conjunto presentable. Un suéter blanco de cuello alto que abrazaba su figura con dulzura y unos jeans negros rectos, ceñidos a sus caderas y sueltos al alcanzar la rodilla. Y un abrigo beige del closet de Tsutomu, pero qué más daba, él iba a hacerle un favor, podía tomar el abrigo sin problema.
Tomó la chaqueta de Goshiki en sus manos y emprendió su camino. Claro que encontrar a Tsutomu fue fácil en exceso, porque, vamos, es imposible no ver a un equipo de alfas vestido de blanco y morado en medio del maldito pasillo mirando fijamente a otro equipo de blanco y turquesa del otro lado. Tenso e innecesariamente incómodo.
Tobio no iba a interrumpir lo que sea que estuviera pasando ahí. Parecían estar intercambiando mensajes de odio y olores agresivos demasiado fuertes en los que Tobio no planeaba participar; mucho menos después de sus inconvenientes con el equipo turquesa porque... bueno, eso sólo lo haría más incómodo. Quiso quedarse a una distancia aceptable para no ser percibido, pero maldito sea Tsutomu Goshiki y su estúpido buen olfato.
Su amigo se alejó de su equipo sin decir absolutamente nada. Clavando la mirada en Tobio, sonriendo y abriendo los brazos para recibirlo con alegría innecesaria. Es que sólo había traído su mochila, tampoco le estaba dando la cura a la rutina alfa.
