𝗯𝗼𝗲𝘁𝗵𝗶𝗮 ━ kageyamabowl

𝗚𝗢𝗟𝗗𝗘𝗡𝗘𝗬𝗘

Tobio no tiene un plan. La vida se está poniendo realmente complicada.
Desde que su madre lo trajo al mundo como omega hasta, si es honesto, no cree que esto termine pronto.

Detesta ser omega, por si eso no había estado claro, pero se da cuenta de que tampoco quiere ser alfa porque, al parecer, es una cualidad mutua de casta alta ser una maldita molestia.
Y qué pasa con ese sentimiento de posesividad. "Instintos" dijo Miwa de manera vaga mientras se encogía de hombros y su novia rodaba los ojos mientras murmuraba "y es tan fastidioso".

Se está acostumbrando a esto, debido a que Hinata está soltando feromonas descontroladas cada que está emocionado (todo el tiempo) y su cítrico aroma lo hace aún más irritante para su olfato, los aromas ya no lo molestan tanto.
Aunque ciertamente los problemas no se acaban.

Los aromas ya no son un problema. Los de su equipo mucho menos. Empiezan a caer en una perfecta sintonía.
La cuestión ahora es, el único aroma a disgusto. Y Tobio quería sentirse enfadado por eso, a pesar de que Tsukishima siempre olía demasiado fuerte, sin embargo, sabía que la molestia del rubio era causada por él.

Quiero decir, incluso para Tobio, fue bastante obvio desde el incidente que Tsukishima no piensa dirigirle la palabra. Lo que es frustrante, por decir poco, pero no es que Tobio vaya a expresarlo en voz alta.

Por supuesto, es obvio para el equipo que la tensión entre el setter y el bloqueador se vuelve mayor a cada partido.
Y el enfado de Tobio comienza a inquietar a Daichi. Es cuestión de tiempo para que el alfa de la manada tome las riendas del asunto.

Ukai decide detenerlo antes de que suceda. El dijó "Tsukishima, ve por unos bocadillos para el equipo" y Tobio iba a resoplar en diversión hasta que fue agregado "Kageyama, ve con él"

Y si el gruñido de Tsukishima en descontento fue lo que detuvo su queja, nadie tiene que enterarse de eso.
Planeaba confrontar al rubio de una vez por todas, quiero decir, si las palabras en su cabeza decidían ordenarse por fin y no sólo dedicarse a mirar al suelo y seguir a Tsukishima como un cachorro perdido.

–¿Vas a seguir ignorándome? –Decide hablar, la molestia filtrada en su voz.

–¿Disculpa? – Tsukishima espeta. –Tampoco has sido el más hablador, rey.

–¡Porque estás siendo un idiota! –Replica. Se da cuenta de inmediato que fue un mal movimiento, el alfa regresa su mirada al frente y opta por no seguir su discusión.
Tobio comienza a enervarse.

Y el camino a la tienda de conveniencia es aún más incómodo que al principio. A Tobio le arde la nariz, el aroma a limón lo ha estado irritando desde un principio, aunque sabe que es recíproco, su propio aroma es amargo. Ninguno dice nada al respecto, parece ser una apuesta tácita al que soporte más tiempo su tonta pelea.

–Iré por lo que pidieron Hinata y Sugarawa-san –Le avisa a Tsukishima, el rubio sólo asintió sin mirarlo. Tobio chasqueó la lengua antes de retirarse al otro pasillo.