𝗯𝗼𝗲𝘁𝗵𝗶𝗮 ━ kageyamabowl

𝗔𝗦 𝗧𝗛𝗘 𝗪𝗜𝗡𝗗 𝗕𝗟𝗢𝗪𝗦

Su madre llamó en la mañana. Antes de salir de casa. Fue demasiado temprano como para analizar lo que ella estaba diciendo.
En síntesis, fue algo de "Llamé a tu profesor ayer, tengo que hablar contigo en cuanto llegues a Tokio."

Hinata lo miró con confusión por su repentina palidez. – ¿Sucede algo? – Pregunta con cuidado.

Tobio niega con la cabeza rápidamente. – Era sólo mi mamá. Quiere saber de... esto. – Explica mientras apunta a su cuello.

El alfa le da una sonrisa. – No puede ser tan malo. ¿No sería peor si fuera Daisuke-san?

Tobio siente un escalofrío en su espalda. Sí, sería peor.
Así que el tonto intento de Shouyo de animarlo, de hecho funciona.
Pero sabe que no es de lo único que tiene que preocuparse, aún tiene que arreglar esta creciente incomodidad con su equipo y el hecho de que, ayer por la noche, en un impulso de sentimentalismo, haya dejado que Hinata le llame por su nombre de pila y viceversa (porque es obvio que el pelirrojo no lo mantendrá como un secreto) no va a hacer nada para apaciguar a su manada.

Pero la cercanía con Shouyo no se siente incómoda o distinta, es tranquila. La sonrisa del chico es exactamente lo que se espera que sea, brillante y cálida. Cariñosa y comprensiva únicamente para él.
Tobio tiene muchas cosas de qué preocuparse, pero Shouyo se preocupa por él.

Sus hombros se relajan ante el pensamiento de una amistad constante. Shouyo lo mira con las manos en ambas mochilas y una sonrisa que no debería ser tan grande.

– Idiota, vas a caerte con ambas. Eres muy pequeño.

Shouyo bufa y Tobio siente ganas de reír. – Yo puedo llevarlas hasta Karasuno, cállate.

Tobio chasquea la lengua con diversión. – Seguro. No voy a quitártela en todo el camino, incluso si te cansas.

– ¡Mph! Eres tan malo Tobio. – Dice mientras camina a la puerta con ambas mochilas en cada uno de sus hombros.
Tobio sonríe mientras él está de espaldas. – Ya vámonos, tengo esta carrera ganada por llevar las dos mochilas, tú, bastardo.

Tobio rueda los ojos mientras se apura a tomar sus llaves y salir de su casa junto al alfa.
De nuevo, su camino no es silencioso porque Shouyo llena cualquier espacio.