Ana
Era el primer día de clases y y moría de nervios. No conocía absolutamente a alguien en esa escuela, la transferencia de trabajo de mi padre me dolio mucho, tenía que dejar a mis amigas y a todo lo que amaba de esa ciudad la cual era San Diego. Boston no era tan mala ciudad, de hecho me gustaba mucho
... era muy linda ciudad.
Yo como todos las demás personas estábamos nerviosas por el primer y tonto día de clases, pero apuesto que de todas esas personas la que tenía mas miedo era yo. No sabía como les iba a caer a los demás o con que rapidez iba a tener amigas. Hablando de amigas, lo que mas de dolía era separa de mis amigas llamadas Carla, Verónica e Isabela. Otra persona a la iba a extrañar demasiado era a un chico tonto muy especial para mi, su nombre es Austin. Es alto, con ojos color miel, de piel clara y su cabello era color café oscuro. Lamentablemente su belleza era un gran desperdicio, era todo un rompe corazones que solo jugaba con los sentimientos de las mujeres, especial mente con los míos. El me hizo creer que estaba completamente enamorado de mi, pero no fue así... me destruyó de la peor forma que alguien podía lastimarme. Desde ese día me prometí a mi misma que jamas me volvería a enamorar. Pero aún así extrañaria más a mis amigas.
***
Yo no era muy social, a decir verdad, me costaba mucho trabajo hacer amigos o hablar con otra persona sin decir cualquier tontería. Soy extremadamente tímida.
***
Al entrar a la escuela estaba tan nerviosa por mis pensamientos que no me daba cuenta con lo que había a mi alrededor, cuando de repente choque con una chica totalmente extraña, parecía muy intimidante, (yo siempre pensaba que chocabas con un chico totalmente guapo, te ayudaba a recoger tus libros, se enamoraban y tenían una gran historia de amor, pero eso solo son tonterías).
-¡Hola!.- dijo la chica, que por cierto parecía que iba con prisa.- Lo siento, estaba distraida y no te vi. Por cierto, me llamo Sofia.
-Hola, no te preocupes yo también iba distraída. Me llamo Ana.
-¿A qué salón vas?.- me pregunto. -A mi me toca en el salón 'D'.
-Igual.- dije con voz temblorosa ya que estaba nerviosa.
-Que tal si platicamos mientras caminamos hacia el salón.- me preguntó y asenti.
Yo estaba muy nerviosa y ella lo notaba, así que me empezó a platicar sobre su vida, lo cual era muy interesante pero la verdad yo no le prestaba mucha atención ya que estaba pensando en mil cosas. Ella me pregunto sobre mi, por que estaba en esta escuela y todas esas cosas ridículas que preguntamos cuando recién conocemos a alguien.
-Bueno yo ya te conté mi historia.- empezó a reír. -Ahora cuentame la tuya.-
Reí en mi interior (okay, eso se ve estúpido), ya que eso de contar las historias de nosotros u otras personas se me hacia algo tonto, siendo que a nadie le importaba realmente.
-Okay, resumiré todo lo que me ha pasado- dije riendo.- Vengo de San Diego, no estuve mucho tiempo ahí porque a momento padre lo transfieren constantemente, así que tal vez no dure mucho tiempo en este lugar. Ahí tenia buenas amigas, las extraño mucho. Yo estaba muy enamorada de un chico, pero el hizo algo que me lastimo y desde ese día el amor se me hace algo muy tonto y me prometí a mi misma que jamás que volvería a enamorar.- dije mirando hacia abajo.
-Interesante historia eh. Pero sabes que tu no puede controlar si te enamoras o no. Eso es inevitable.-
Entre nuestra platicar no nos dimos cuenta de que ya se nos había hecho dos minutos tarde y el profesor ya estaba en el salón. Llegamos a la puerta y mientras ella pedía permiso para que entraramos al salón no pude evitar ver a un chico, ignorando todo lo que nos decía el profesor. Entré y me senté en mi lugar pensado en lo lindo que era ese chico con los ojos azul con verde, alto de piel clara y cabello castaño.
Por fin se había acabado esa aburrida clase de historia. Después nos tocaban dos horas de ingles, me senté a lado del chico guapo, cuando llego una chica muy "atrevida" y mal educada y me corrió de ese lugar, me fui de ese lugar solo porque ese chico me ponía nerviosa, no porque siguiera las ordenes de esa maldita.
Me senté a lado de Sofia. Ella ya había estado en esa escuela desde primer grado, así que conocía a la mayoria de esas personas.
Cuando me senté ella me dijo:
-Ella es Fatima, una maldita resbalosa quita novios.- me dijo molesta.
-¿Por qué tanto odio hacia ella?- le pregunté.
-Antes ella y yo éramos mejores amigas, éramos inseparables... éramos como hermanas, extraño ¿no?, ella súper ha sido de esa clase de chicas que cambian de novio a cada rato y se siente superior a las demás chicas. Un día la encontré con quien ahora es mi ex novio besándose, eso me rompió el corazón e hizo que terminara nuestra amistad. Ella como toda una maldita no sintió culpa y nunca me pidió perdón, esa es otra razón para odiarla aún más- dijo MUY molesta.
Yo solo la miré y me quedé callada, ya que había llegado nuestra profesora de inglés.
***
Al día siguiente cuando entré a mi salón de clases y no vi sentí una rara sensación en mi estómago... algo que no había sentido desde hace mucho tiempo. La verdad es que el me hacia feliz y triste.
¿No les ha pasado que odian a esa persona y a si mismas porque le dan el "poder" a esa persona para hacernos sentir como ellos quieran?... a mi si y es horrible porque es dejar que tus sentimientos dependan 100% de esa persona.
Bueno en clase de química el se acercó a mi y me dijo. -Así que eres la chica nueva de la cual todas hablan, cierto?- dijo con voz sarcastica y seductora.
-¡Vaya!, solo llevo un día Aquí y todas esas malditas ya hablan de mi. ¿Qué acaso soy tan interesante que hago que hablen tan rápido de mi?.-dije sarcasticamente.
El se río. -Me llamo Lucas- extendió su mano y me miro a los ojos.
Lo tomé de la mano y le dije un poco nerviosa (otra vez esa mugre sensación en mi estómago, ahg). -Me llamo Ana, mucho gusto- sonreí.
Estuvimos conversando hasta que el timbre para poder ir a nuestras casas sonó.
Cuando llegué a mi casa escuché unos horribles gritos que venían de la cocina. No les conté que mía padres peleaban juntos y si fuera por ellos ya se hubieran divorciado, pero no lo hacían porque "no querian hacerme daño", aunque ya lo hacían.
Cuando escuché los gritos me fui directo a mi habitación, me puse mis audifonos y puse mi canción favorita "I believe - Christina Perri", esa canción definía partes de mi vida y a los 30 segundos que empezó la canción no pude evitar llorar,.acordandome de Austin, mis amigas y todas las peleas de mis padres. La única razón por la que deje de llorar fue Lucas, me acorde de tu voz, sus ojos, su sonrisa. En serio era lindo, pero odiaba que me hiciera sentir "mariposas en mi estómago".
Lucas
Aún no puedo olvidar a Ana, sus hermosos ojos, sus labios, su sonrisa, ella era muy linda.
No puedo olvidar la primera vez que la vi entrando al salón aquel día. Lo muy poco que conocía de ella me encantaba... la forma en que decía las cosas, la forma en que me miraba, etc. No la conocía mucho,solo se que se llama Ana y que viene de San Diego, pero algo que si sabia era que ella me hacia sentir como ninguna chica me había hecho sentir alguna vez antes. Me sentía feliz cuando la veía y sentía muchas mariposas en mi estómago.
NOTA DE LA AUTORA:
Espero que les haya gustado esté capitulo, si esta tonto o son palabras sin sentido... perdón, es la primera vez que escribo, voy a ir mejorando. Lo prometo.
Pronto subiré el otro capitulo.
Les agradecería si dejaran votos para saber si les gusto o dejarán comentarios para saber lo que opinan o si tiene alguna sugerencia para la historia.-Payola❤-
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Mariposas en mi estómago.
Genç KurguCuando nos enamoramos una parte de nosotros se vuelve sensible y dejamos nuestro orgullo a un lado, todo para no perder a esa persona. Ana Carolina Swan no es la excepción, ella más que nadie perdona para no perder a las personas... pero no siempre...