Voteen arriba, las estrellas que brillan en la bóveda celeste son guiadas por su mano, hijo de un demonio y una humana, maestro de las estrellas para los hombres, demonio del firmamento para los dioses, el carga con los sueños de su familia y amigos...
De nuevo estaba atado y tenía un marca en su pecho.
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Sheru: aún duele, supongo que es nueva.
Sheru intentaba reconocer su entorno pero no veía nada en realidad todo estaba oscuro.
De pronto el sonido de un mecanismo moviéndose lo alertó.
Una puerta se abría lentamente, frente a el había un círculo de arena y otra puerta que se abría.
El bullicio de la multitud resonaba.
Presentador: buenas noches mis estimados nobles, el día de hoy tenemos un duelo interesante un nuevo retador contra nuestro poderoso campeón.
Las ataduras que detenían a Sheru se abrieron.
Sheru apenas y podía mantenerse en pie.
Sheru (tosiendo): ¿Que mierda me pasa?
Dos tipos enmascarados lo empezaron a empujar violentamente para que saliera a la arena.
Finalmente salió.
Presentador: el iluso que se enfrenta a nuestro amado campeón fue registrado a nombre de:
¿Quete valga?
Y su nombre de luchador es:
El plebeyo carmesí.
Presentador: ¿Teñira a su oponente de sangre o su magia de fuego será el origen de ese nombre? ¡No lo sabemos!
Presentador: ahora nuestro amado campeón, el poderoso quebrador de huesos, si estás en su lista corre de aquí.
Presentador: el increíble ¡Unubore! O su nombre que estará en tu lápida... ¡Bonebraker!
Presentador: ahora, el combate se dividirá en dos fases mano a mano sin magia y después podrán usar sus grimorios.
Unubore salió violentamente de su jaula y sin pensarlo tacleo de lleno a Sheru.
* Crash*
Sheru se estrelló violentamente contra la pared.
Unubore: jajaja ¿Trajeron a esta mierda a pelear contra mi?
Sheru: vete a *cof* la *cof* mierda.
Unubore: vaya sobreviviste a eso, felicidades mocoso, dime tú nombre real.
Sheru: ... No lo sé.
Unubore: que mal, nadie te recordara entonces.
Unubore puso una tétrica sonrisa y se lanzó de nuevo hacia Sheru, y con sus enormes manos empezó a propinar una incesante lluvia de puñetazos que Sheru recibía o bloqueba como podía.
