22 Sentimientos al descubierto

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A pesar de no haber descansado y tener un sueño abrumador, no había parado de pensar en cómo odiaba al shogun por haber tratado de esa manera a Motonari. Lo mal que me había llegado a sentir al ser incapaz de defenderle cuando más lo habría necesitado, y todo por no tener ningún tipo de autoridad entre aquellos hombres despreciables que solo ansiaban el poder por encima todo y de todos. Quería volver al barco de Motonari por la noche y gritar todo lo que pudiese... pero no podía.

Motonari y Kicho hablaron sobre los planes de la no tan futura guerra a varios pasos por delante de mí. Hasta que Kicho se despidió y subió por unas escaleras.

-Hey...Motonari...

Se giró con cara seria.

-Tú, conmigo. Tenemos que hablar.

Me hizo un gesto con su mano y le seguí hasta un cuarto algo sobrio.

-Yo también quería hablar contigo. ¿Qué es esto?

-Mi habitación. Siéntate donde quieras.

Motonari no debía pasar mucho tiempo allí, pues al contrario que la habitación de su barco, esta carecía de nada que implicase que era suyo.

-¿Por qué tienes que mirar todo al detalle allí donde te lleve? ¿Es mi habitación acaso tan interesante? _ dijo sentándose.

-¡Espera!

-¿Qué?

-Estaba pensando... Si no sería mejor que te quitaras esas ropas antes de que hablásemos.

Entonces me di cuenta de lo mal que sonaba eso es mi cabeza.

-¡Por el sake!_ dije algo sonrojada_ Debes de estar incómodo, ¿verdad?

Bajé la mirada recordando a su familia.

-¡Tch! Mis ropas están secas. Deja de preocuparte por estupideces.

Se miró las manos y finalmente dijo.

-...pero sí... es asqueroso.

Me levanté.

-Esperaré fuera mientras te cambias.

Antes de que pudiera salir Motonari dijo.

-No me llevará tanto tiempo, tan solo siéntate ahí.

-Pero...

-No soy ninguna chica virgen que vayan a echar de casa por enseñar mi mercancía a un extraño.

Desde luego no era una chica, pero sí que vas a enseñar la mercancía a una extraña, y no tenía ni idea de cómo me sentiría en esta situación.

-¡No tienes que enseñarme nada! ¡Tienes un biombo ahí detrás!

Mi cara estaba a punto de revelar que estaba sonrojándome demasiado, así que me giré mientras señalaba el biombo con la mano.

-¿Te estás sonrojando?

-¡Tan solo desnúdate allí! ¡Por favor! _ exclamé.

-Maldita sea, m'lady, no tienes por qué gritar.

Miré de reojo y vi que se metía detrás del biombo con media pecho ya al descubierto. A pesar de no verle, podía escuchar cómo se quitaba cada capa de ropa y cómo esta caía hasta el suelo a veces deslizándose por su bronceada piel.

-¿Qué querías decirme?

Di un pequeño salto al escuchar su voz.

-Sí...

Motonari x OC COMPLETO (Ikemen Sengoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora