12 Su objetivo

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De nuevo fui conducida hasta la posada que Kicho utilizaba para sus negocios. Hiroyoshi me llevó hasta una habitación que me habían asignado para mí disfrute personal y pude descansar durante un largo tiempo sola. La habitación contaba con todo tipo de comodidades, pensaba que Motonari hubiera demandado que me hubiesen encerrado en algún tipo de celda en la que asegurarse de que no saliese. Incluso disponía de una pequeña campanilla con la que llamar a Hiroyoshi por si necesitaba algo más.

Como no me había dado tiempo a coger nada con lo que distraerme saqué el retal de tela que me había obsequiado el dueño de la tienda que finalmente había cerrado el trato.

-¿Qué podría hacer con esto? Es pequeño, pero realmente precioso, podría ser un pañuelo para el cuello. 

Pasé mis dedos por el cuello donde estaba el collar que Motonari me había "obsequiado" y por instante recordé al primer "Shoujomaru" que era amable y simpático, sin duda alguna, le hubiera regalado un pañuelo a él.

-"Shitsurei shimasu" (perdona mi intrusión, expresión japonesa que se dice cuando entras)

Kicho entró antes de que pudiera decir nada. A lo primero que fueron sus ojos fue al trozo de tela entre mis manos.

-¿... para Motonari?

Mi corazón casi se salió del pecho.

-¡¿Qué?! ¡No! Quiero decir... ¡Yo nunca...! ¡No para él! ¡No me gusta!

¡Dios mío! Necesito parar de hablar y recuperar mi compostura o le daré una idea totalmente equivocada.

-Ya veo.

La calma con la que actuaba Kicho me hizo sentir todavía más vergüenza si eso era posible. Guardé corriendo el retal en mi manga intentado no volver a ese tema de conversación y miré a Kicho. Si sonriese más dejaría a más de una mujer sin aliento.

-Eres una mujer extraña. Si tuvieses miedo de mí, no estarías mirándome fijamente como lo haces.

Hizo una pausa.

-Me estás evaluando.

¿Era Kicho un segundo Mitsuhide? ¿Podía leer mis pensamientos? Si era así entonces estaba en un problema y de los gordos.

-¿Por qué has venido a verme?_ pregunté cautelosa.

Kicho se sentó delante de mi.

-Eres la mujer que gobierna al lado de Nobunaga.

Me llevé la mano a la cara.

-¡Por favor! Verifica la información antes, no soy la amante de Nobunaga.

Kicho ladeó la cabeza.

-No. Eres mucho más que eso. Posees un gran valor para él.

Moví las manos de un lado para otro.

-¡No, no! Solo soy traductora, nada más.

Era peligroso. Con Motonari al menos sabías por dónde te iba a salir, pero con Kicho y su mirada impasible todo era posible.

-Deja de subestimarte, ambos sabemos lo que representas para él.

-Siento decirte que no te sigo.

Entrecerró su mirada. Expandió el brazo y abrió su palma.

-Contigo a su lado es capaz de hacerse con todo el mundo que le rodea.

Cerró el puño.

-Siento que pienses así de mí. No soy más que una mujer que quiere conseguir ver sus sueños cumplidos.

Por un momento Kicho pareció abrir los ojos sorprendido.

-Tienes realmente buenos modales. Motonari dijo que eras incontrolable, impertinente y descarada.

¿Ni una sola cosa buena? ¡No se había ganado mi confianza para ver mi lado bueno todavía! ¡Claro que no! ¿Cómo iba a conocer mi faceta buena y amable si me trataba de esa manera?

-Motonari puede decir lo que quiera de mi. Desde que me "compró" en esa maldita subasta se cree que le pertenezco. Pero está equivocado si cree que le debo obediencia, nunca la tendrá.

Kicho se acomodó.

-Te ha puesto un horrible collar, te ha confinado aquí y aún así niegas su propiedad sobre ti.

-Motonari me está usando para infiltrarse en los Oda, pero en secreto soy yo quien está utilizándole.

El collar no tenía la culpa de simbolizar ser su "propiedad", en verdad me gustaba. EL problema era Motonari.

-Y puede decir lo que quiera de mí. Nunca podrá poseer mi corazón.

Los ojos de Kicho se quedaron fijos en mi. Y tras unos segundos. Sus labios formaron una sonrisa.

-¡Ja! Pensé que estaba siguiéndole el juego de ser su muñequita obediente por miedo, pero... ¿resulta que eres tú quien está manipulándolo a él?

Volvió a reír.

-Tienes espíritu. ¿Cómo te llamas?

Su sonrisa era embelesadora.

-... Yukiji.

-Yukiji, tienes mi permiso para que puedas moverte libremente por aquí. Mientras no salgas de este edificio, respetaré tu libertad.

¿Podía salir de la habitación? Justo cuando iba a agradécele, Kicho se levantó para salir de allí.

-¡Espera, antes de que te vayas!

Se paró delante de la puerta.

-¿Sí?

Sabía que no iba a responderme, pero por preguntar no pasaba nada.

-¿Cuáles es tu plan junto con Motonari?

Su mirada se volvió seria.

-Una guerra interminable que consuma esta tierra.

--

Motonari volvió unos días después.

-¿Te has portado bien m'lady?

-¿Me diste otra opción? La respuesta por cierto es "no".

-¿Y ese pañuelo para el cuello? Ese "No! ¡Nunca ¡No para mí!"

Kicho... ahora mismo te mataría.

Estaba totalmente abrumada y avergonzada y eso no hacía más que avivar la risa de Motonari.

-Coge lo que tengas. Nos vamos.

-¿Por qué?

-Vamos de nuevo a Azuchi.

Motonari x OC COMPLETO (Ikemen Sengoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora