23 Instrospección

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Unas sirvientas me indicaron la habitación en la que podía descansar. Nada más entrar cerré la puerta y me tiré al futón en busca de algo con lo que poder ahogar un grito. Hice un rebullo con el futón y lo aplasté contra mi cara. ¿Cuándo había pasado? ¿Cómo había dejado que pasase? ¿Por qué Motonari? ¡AHHH!

-¿Por qué me he enamorado del último hombre con quien debía hacerlo?

¿Fue cuando me habló sobre él y su vida? ¿Fue cuando le hice la omelette? Solo sabía que, si aquella noche en el mar no hubiese tenido lugar, ni me hubiera dicho que solo yo podía tocarle hubiera seguido manteniendo estos sentimientos a raya. Respecto a lo que acababa de pasar, me preguntaba por qué lo había hecho. ¿Era si realmente iba a besarme o tan solo estaba enfadado conmigo? Quizá era una manera de amenazarme... No, me había amenazado de muchas formas hasta ahora y nunca se había portado de esa manera conmigo, cuando estaba encima de mí podía sentir el conflicto en sus ojos, el deseo en sus labios y sus manos temblando bajo mi cuello y mi brazo. ¿Tan descabellado sería pensar que él también estaba enamorado de mí?

-Princesa, ¿os encontráis bien?

-¡HIROYOSHI!_ exclamé sorprendida.

Me levanté de un brinco y salí en su búsqueda.

-No esperaba verte aquí, ¿tienes negocios con Motonari?

Al abrir la puerta me recibió la sonrisa del anciano.

-Así es, informes sobre provisiones para la guerra.

El pequeño estado de euforia que había vivido se terminó.

-Comprendo...

De pronto sentí algo peludo saltando a mi alrededor.

-¡Kajisuke! ¿Qué haces aquí?

Hiroyoshi me guiñó un ojo.

-No se lo diga al capitán, pero pensé que con él aquí pasaría el tiempo de una forma más amena.

Me agaché y acaricié al pequeño animal.

-Os veo algo decaída.

-Es complicado...

Sonreí amargamente y dije.

-Gracias por haber pensado en mí, seguro que Kajisuke y yo podremos pasar un buen rato juntos, ¿verdad? _ moví sus pequeñas manitas.

El anciano me devolvió la sonrisa, hizo una reverencia y se marchó. Cerré la puerta y me tumbé en el suelo juagando con Kajisuke.

-¿Qué estoy haciendo pensando en el amor? Se avecina una guerra.

Una guerra en la que mis amigos y Motonari van a enfrentarse unos contra otros. No puedo decirle cómo me siento, así como tampoco puede preguntarle si él siente algo por mí. Primero necesito pararle, no puedo dejar que acabe con la vida de mis amigos... Tenía que hacer un plan que funcionase para que ambas partes saliesen ilesas.

-¡...!

Recordé a Motonari mofarse de mí diciendo que si quería que fuese cogido de la mano de los Oda.

-¿Un alianza? Una alianza_ repetí intentando convencerme

Era una opción un tanto descabellada mirando las cosas desde el punto de vista tanto de los Oda como de Motonari, pero... tenía que hacer que funcionase. Ahora solo me quedaba pensar en cómo llevarlo a cabo.

Me tumbé en el suelo jugando con Kajisuke y sin darme cuenta cerré los ojos y me dormí profundamente, hasta que noté que algo me estaba tirando de la manga del yukata.

-¿Qué hora es?_ me froté los ojos.

El animal dio unos saltitos y se puso delante de mí.

-¿Quieres dar un paseo? Supongo que no me vendría mal salir un rato.

Me levanté, caminé hasta la puerta y me paré de golpe.

-Tenemos que tener cuidado, Motonari no sabe que estás aquí.

El pequeño canguro ladeo la cabeza y nada más abrir la puerta salió dando saltos sin esperarme.

-¡Kajisuke!_ grité lo más bajo que pude para no alarmar a nadie_ ¡Ven aquí!

Miré a ambos lados del pasillo y corrí tras él, persiguiéndole hasta que el pequeño consiguió salir al patio exterior donde los árboles y arbustos rodeaban parte del edificio. Hasta ese momento no había podido apreciar esa parte del castillo, llena de naturaleza algo salvajada que le daba un toque exótico como si nadie hubiese puesto un pie allí desde hacía décadas. A pesar de ir descalza no me importó sentir las piedras bajo mis pies, eran de cantos rodados y no hacían casi daño, algunas de ellas tenían musgo en su superficie.

-¿Mm?

Agudicé el oído y escuché el característico sonido del agua corriendo, ¿sería un riachuelo? Anduve hacia donde venía el sonido y Kajisuke me siguió. Acabamos llegando a un pequeño río que cruzaba por el castillo.

-¡Qué bonito! ¿Verdad?_ miré al pequeño animal.

Me agaché y mi reflejo apareció en la superficie cristalina. Vi mi rostro sonriendo hasta que me fijé en mi cuello. Sin dejar de mirar al agua, me llevé la mano a la gargantilla de encaje que decoraba esa parte de cuerpo. Unos días atrás había olvidado que todavía la llevaba puesta y lo que ello significaba... "Su posesión". Con la misma mano que había tocado la gargantilla golpeé la superficie del agua haciendo que mi reflejo se distorsionase unos segundos.

Me senté y miré hacia en frente en busca de una distracción. Kajisuke se acomodó en mi regazo y comencé a acariciarle.

-Dime Kajisuke, ¿no echas en falta tu hogar?

Suspiré.

-Seguro que dejaste atrás a tus amigos, tus familiares... a la gente que querías.

Acaricié sus orejas.

-Quizá por eso decidí marcharme, ya no me quedaba nada allí.

Hice una pausa.

-Azuchi, los Oda, Motonari... Supongo que por eso me duele tanto pensar que puedo volver a perderlo todo de nuevo.

Kajisuke abrió los ojos y se fue dando saltitos.

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Yukiji no se había percatado de que alguien le había escuchado desde la baranda del patio y Kajisuke daba saltos alrededor de él saludándole con alegría. Y a pesar de que en un primer instante había pensado en dar la vuelta y recriminar a Hiroyoshi por haber traído a Kajisuke hasta allí sin su consentimiento, las palabras de Yukiji resonaban en su interior.

La mujer a pesar de mostrar siempre su lado más fuerte y nunca dejarse doblegar por nada había expuesto sus sentimientos más de una vez ante él en las últimas ocasiones, poniendo en peligro su plan de no dejar que creciera ninguna estúpida flor en su cabeza. Sin embargo, al oírla hablar sobre el hogar le recordó a él de pequeño cuando lo perdió todo.

¿Sería capaz de soportar el peso de ser la persona que hiciera que Yukiji volviese a sentir el dolor de perder su hogar de nuevo?

Motonari agitó la cabeza.

A estas alturas no podía dar marcha atrás, todo estaba planeado y debía seguir su rumbo

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Motonari x OC COMPLETO (Ikemen Sengoku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora