Motonari x OC COMPLETO (Ikemen Sengoku)

24 Estrategias sucias

Pasaron varios días durante los cuales estuve a solas, meditando qué opciones reales tenía de formar una alianza y como construirla sobre una base sólida que beneficiase a ambos bandos. Mientras el hombre del que me había enamorado estaba tramando cómo matar a mis amigos junto con Kicho.

Todas las tardes salía al patio exterior para presenciar el atardecer en silencio antes de encerrarme en mi habitación. Pero esta vez iba a ser interrumpida por alguien.

-¿Tomando el aire?

Me giré al escuchar la voz de Kicho. Pero no solo estaba él, había traído consigo a Motonari, lo que hizo que mi corazón comenzase a latir de forma acelerada y sin control.

-Me alegra verte, m'lady, veo que no tienes nada mejor que hacer. Necesito hablar contigo sobre...

Me golpeé el pecho intentando hacer que mi corazón dejase de jugar conmigo de aquella manera.

-¡Lo siento!_ tosí del golpe que me había dado yo misma_ ¡Estoy muy ocupada! ¡No puedo hablar ahora!

Hice una reverencia torpe.

-¿Qué demonios...?

-¡Pasadlo bien entre vosotros! ¡Nos vemos!

-¿Yukiji?_ me llamó Kicho preocupado.

Pero yo salí corriendo de allí para encerrarme en mi habitación con Kajisuke. No había hablado con Motonari desde que creía iba a besarme y sin duda alguna con solo verle hacía que mis estúpidas flores floreciesen.

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Motonari se quedó mirando a la muchacha que había esprintado como una liebre hacia el interior del castillo.

-¿Qué le has hecho? Está más recelosa de ti que incluso al principio.

-¡Tch! No lo sé.... Me insistió en que dejase la guerra a un lado y obviamente le dije que eso era imposible. Probablemente esté enfada conmigo.

-Estoy impresionado de que no te haya dejado de hablar incluso antes_ Kicho dejó escapar una pequeña sonrisa.

Motonari se cruzó de brazos.

-Reconozco que tiene espíritu. Pero no sabe cómo funcionan las cosas.

-¿Te refieres a lo que pasó con el Shogun?

Motonari frunció el ceño.

-No solo eso... Aún sabiendo que no puede hacer nada frente a alguien armado, no puede evitar querer salvar a todo el mundo...

-Un peligro para ella misma, ¿no?

El pirata dio un golpe a una piedra y susurró.

-Sí...

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Al día siguiente una sirvienta me informó de que Kicho quería verme en su habitación y era importante. Así que no me quedó otra opción que ir a verle, pero nada más entrar vi que me había tendido una trampa. Allí dentro estaba tanto Kicho como Motonari y no me quedaba otra que quedarme.

-Al fin has llegado.

-¿Ella también?_ le preguntó Motonari.

Sentí la mirada de Motonari y rápidamente me dirigí a Kicho.

-¿De qué tenemos que hablar los tres?

Motonari se cruzó de brazos algo enfadado.

-Eso quiero saber yo, Kicho. ¿Qué estás planeando? ¿Por qué está ella aquí?