Motonari x OC COMPLETO (Ikemen Sengoku)

3 Caos

Aquella coincidencia me había alegrado el viaje de forma considerable, no creía que pudiese volver a ver a aquel hombre de nuevo y aquí estaba, delante de mi. No me consideraba una persona que creyese en el amor a primera vista, ni mucho menos, pero, Shoujomaru había sido lo más cercano a un flechazo a primera vista. Intenté disimular la sonrisa que amenazaba con salir de mis labios y recuperé la compostura. Debía recordar la gravedad del asunto por la que nos estábamos reuniendo allí con Shoujomaru.

-He podido seguir el rastro de algunas pistas y he podido averiguar que Motonari sigue con vida_ dijo.

Un hombre nos sirvió unos platos llenos de pequeñas delicias y bebida.

-¿Dónde está?

-Es difícil saberlo a ciencia cierta. Se sabe que ha estado en Aki y Sakai saqueándolas.

-Maldito hijo de..._ Hideyoshi omitió el insulto_ Ahora que mencionas Sakai, ¿crees que puede estar aliado con Kicho?

Asintió.

-Es la opción más probable. Estoy esperando noticias de mis contactos por si desembarca en cualquier puerto cercano.

-Qué considerado, Shoujomaru.

-Me alaga, Mitsunari. Es lo menos que puedo hacer. Los Oda van a necesitar suerte para coger a ese canalla.

A pesar de la reputación de Motonari, Shoujomaru no parecía tenerle miedo a un pirata que sorprendía con redadas y ataques a las ciudades costeras. Aunque, quizá al vivir en constante peligro siendo un mercante marino estaba más acostumbrado a este tipo de situaciones.

-Hablando de buena suerte. ¿Son ciertas la historias? Dicen que desde que llegaste la suerte de Nobunaga se ha visto favorecida.

Me llevé las manos a la cabeza.

-¡Ah! Le he dicho a Nobunaga miles de veces que deje de decir estupideces. Por favor, no creas esos rumores.

-¡¿Cómo que estupideces?!

-Pero es cierto, Hideyoshi. Yo no soy un amuleto de la suerte, no tengo poderes mágicos.

Hideyoshi relajó su cara de enfado.

-No lo sé, pero es cierto que tienes algo.

-Es cierto_ secundó Mitsunari_ Cuando estás con nosotros siempre consigues levantarnos la moral.

-Y no solo eso, desde que llegaste no hemos perdido una sola batalla y Azuchi es más rica y próspera que nunca.

Me sentí alagada y un poco avergonzada.

-Gracias chicos. Me alegro de poder estar a vuestro lado y servir a Nobunaga.

Shoujomaru pareció quedarse mudo mientras tocaba el aro de su oreja perforada.

-¿Puedo preguntarle algo?

-Claro, adelante_ cogí el pequeño vaso de cerámica llevándolo a mis labios.

-¿Todo lo que hace por Azuchi es por amor a Nobunaga?

Sin poder reprimirlo se me escapó un poco de sake que sequé con mi manga.

-¡¿A-amor?! ¿Nobunaga? ¿Q-qué?

¡Claro que no! Nuestra relación era puramente negocios, nada más.

-Shoujomaru, ¿qué pregunta más curiosa? _ pensó en alto Mitsunari.

Hideyoshi rio.

-Yukiji, Mitsunari. ¿De verdad que ninguno de los dos lo habéis oído?