Epílogo

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Luces, música y risas. El agradable ambiente me envuelve y me susurra en el oído que lo he hecho bien. Que todo el esfuerzo que he puesto durante estos cuatro años de universidad han dado sus frutos y que todo esto, me lo merezco a pesar de que no puedo evitar sentirme avergonzada con el hecho de que mis seres cercanos hallan gastado dinero en organizar una cena de celebración de tal calibre. Me siento sumamente agradecida con todos por preocuparse tanto por mí y quererme de la manera en que lo hacen, porque la verdad es que no sé qué habría sido de mí sin ellos en mi vida.

Mientras bebo entre cortos sorbos el vino que me han ofrecido minutos atrás, no puedo dejar de sonreír entretanto observo cómo mis seres cercanos disfrutan de una amena charla entre ellos, llena de recuerdos y bromas que solo aviva más la alegría que impregna el lugar.

— ¿Estás bien? — me susurra KyungRi, haciéndose a un lado de la conversación para posar toda su atención en mí.

— ¿Ah? Sí, claro que sí — respondo con una sonrisa sincera. — Me gusta todo esto. Muchas gracias.

— Dios, basta de agradecer. No has parado de repetirlo desde que llegamos — Se ríe y mis mejillas se encienden.

Puede que tenga razón, pero no puedo evitarlo. Esas palabras parecen las únicas que pueden llegar a expresar parte de lo que siento en estos momentos, porque el sentimiento se me hace demasiado grande como para siquiera poder ponerlo en palabras. Simplemente, me parecen que esas palabras no existen.

En silencio, me tomo el tiempo de observar a cada uno de los presentes. NaYoon, JeongIn, MinSeok, SoYou, KyungRi y KyungSoo. Todos han venido especialmente para celebrarme, y a pesar de que estoy feliz de ello, no puedo evitar pensar en que sería genial que JongDae estuviera aquí, con nosotros. No sé si es egoísta de mi parte pensar en ello mientras me encuentro con mis amigos, pero no puedo evitarlo y doy por hecho de que ellos lo saben.

— ¡Okey! ¡Ya! — dice NaYoon, llamando la atención de todos en la mesa mientras palmea sus manos en busca de que guarden silencio. Se levanta de su lugar tomando su copa y me mira con una sonrisa que brilla de felicidad y emoción. Sus ojos chispean de una manera única, lo que hace que mi corazón se remueva. — Quiero proponer un brindis por los tres recién graduados — dice, y no puedo evitar evitare detenerme a medio camino de tomar mi copa para mirarla con una expresión que demuestra fielmente lo confundida que me han dejado sus palabras.

¿Dos?

Quiero decirle que se ha equivocado y que es una boba que no sabe contar, pero antes de poder decir cualquier cosa alza la copa y continúa hablando con la misma confianza que siempre la ha caracterizado.

— ¡Iseul, Chen y ChanYeol! ¡Felicidades, chicos! ¡Sabíamos que lo lograrían! — chilla, observando algo detrás de mi espalda que desconozco.

Con la respiración automática detenida y el corazón latiéndome como un loco dentro de mi caja torácica, me giro como sobre mi silla para ver aquello que todos en la mesa son capaces de observar menos yo. De pie, a un par de metros de nosotros, se encuentran tres sonrientes muchachos. BaekHyun, ChanYeol y...

— Chen... — murmuro en un suspiro de asombro, apenas procesando su repentina presencia en el lugar e incapaz de moverme por el shock que siento.

¿Me lo estoy imaginando? Imposible, porque todos parecen estar viéndolos, así que no puedo ser la única loca.

— ¿No piensas darme un abrazo de bienvenida? — cuestiona, fingiendo estar ofendido por mi imitación de una momia al quedarme ahí, sentada observándolo como si de un fantasma se tratara a pesar de que nos hemos visto por videollamada hace poco.

Sus palabras, su voz, son lo único que necesito para poder reaccionar. Volver al planeta Tierra. Me levanto con torpeza, casi llevándome conmigo la silla en la que me encontraba sentada, y corro hasta los brazos de mi novio que esperan, abiertos de par en par, por mí.

Su olor, su calidez, todo él me golpea como un huracán cuando por fin puedo sentirlo otra vez entre mis brazos. Es él. ¡Está aquí, conmigo!

— ¿Có- cómo?

— Estaba todo planeado desde el momento en que te pregunté acerca de la fecha de tu graduación — responde con simpleza, sin hacer el mínimo amago de querer soltarme, sentimiento que comparto completamente. — He regresado a casa, preciosa.

Aferrándome a él como si no hubiera un mañana y percibiendo como unas pequeñas lágrimas de felicidad se escurre de mis ojos, apoyo mi mentón en su hombro mientras cierro los ojos.

— Bienvenido a casa, amor. Te extrañé mucho.

Ríe de felicidad y no puedo evitar compararlo con las videollamadas que hemos compartido. Si bien agradezco el avance de la tecnología que ayudó a que mantenernos lejos fuera menos difícil y pesado de lo que es en realidad, no tienen punto de comparación. Tenerlo junto a mí siempre será superior y lo mejor.

Besa mi cabeza con dulzura y entierra su nariz en mi cuello, aspirando mi aroma.

— Se siente tan bien estar de vuelta...

ANDROFOBIA » KIM JONGDAE ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora