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Las vacaciones de invierno, por un buen tiempo, me hicieron olvidar lo duro que es el período de clases ya que mi mente se mantuvo ocupada en otros temas ajenos a lo académico y ahora, con tan solo una semana asistiendo, siento que necesito un buen descanso para recobrar las energías perdidas con estas pocas clases. Nunca creí que fuera a costarme tanto volver a retomar esta tediosa rutina de estudiante y estoy sorprendida de lo ilusa que fui todo ese tiempo, porque me está costando atrapar el ritmo.

Piso el último escalón de las escaleras de emergencias del edificio y dejo escapar un pesado suspiro que revela lo cansada que me siento. Me apoyo en una de las paredes cercanas, tomándome el tiempo de recobrar el aliento perdido tras subir tantos pisos luego de un largo día en la universidad, y cierro los ojos deseando poder teletransportarme directamente a mi cama para poder dormir. Porque eso es lo que más quiero y necesito, dormir.

Mientras regulo mi ritmo cardíaco, sin que yo lo pretenda y al igual como lleva pasando estos últimos días desde esa primera vez, mi mente decide que es una buena idea resucitar mis recuerdos de nuestro encuentro íntimo con JongDae, haciendo que la piel me cosquillee y el vello de mi nuca se erice al rememorar su tacto.

«¡Dios! ¡Ya basta! ¡Contrólate, Iseul!» Me regaño a mí misma, abriendo los ojos y recordándome que me encuentro en un lugar público. Siento cómo las mejillas se me caliente de forma instantánea por los pensamientos que han pasado por mi cabeza, y quiero golpearme por dejar que mi imaginación sea más fuerte que yo la mayoría del tiempo, porque terminar divagando y en las nubes se me es más fácil de lo que me gustaría que fuera.

Como si estuviera ebria, termino chocando con la puerta al salir al pasillo y me golpeo el pecho derecho, todo por calcular mal mis movimientos y andar a tontas y locas. Me quejo, maldigo, cruzo mis brazos sobre mi busto y, entretanto continúo avanzando por el corredor en dirección a mi hogar, una de mis manos se posa encima del pecho maltratado y lo masajea con suavidad en un intento de que el dolor mengüe. A pasos de llegar a mi destino me percato de la presencia de dos personas más en el pasillo que nunca he visto en mi vida. Se trata de una pareja adulta que espera frente a la puerta de JongDae y que, en este momento, me están admirando con dulces sonrisas en sus rostros, haciéndome sentir incómoda con la nueva e innecesaria atención que han decidido posar sobre mi pequeña existencia.

Sin saber muy bien cómo proceder ante la extraña situación que se ha presentado, una sonrisa algo forzada quiebra en mis labios y dejo de masajearme el pecho para no lucir como una rara o pervertida ante ellos. Previo a que pueda saludar por mera cortesía o decir cualquier cosa para romper el pesado mutismo que nos envuelve, la mujer, que parece ser de mi misma altura, se me adelanta y avanza hacia mí mientras me mira como si yo fuera algún tipo de celebridad o algo por el estilo. La apreciación que noto en su mirada me aterra de alguna forma, porque no estoy segura de sí la merezco, ya que siento que me están confundiendo con alguien más y, como me ocurre en la mayoría de situaciones que incluyen extraños, quiero que esta termine pronto para poder ir a esconderme a mi zona segura.

— Tú eres Iseul, ¿verdad? — pregunta sin dejar de sonreír con emoción, sacándome de lugar. — ¡Dios, amor! ¡Mírala! ¡Es más hermosa que en las fotos!

— ¿Fotos...? — pregunto en un bisbiseo que denota mi confusión. Mis ojos viajan desde la mujer al hombre detrás de ella, quien solo se dedica a asentir de acuerdo con su esposa y a sonreírme, como si temiera a que, si deja de hacerlo en algún momento, terminaré arrancando del lugar lo más rápido que mis piernas me lo permitan. — Di- disculpe... pero, ¿de qué está hablando?

Dispuesta a darme la explicación que requiero, la mujer abre la boca, pero el escandaloso tono de llamada que poseo y que me hace saber de inmediato de quién se trata, la interrumpe antes de que pueda decir palabra alguna.

ANDROFOBIA » KIM JONGDAE ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora