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Avanzo por los pasillos de la universidad en dirección a la cafetería junto a NaYoon. Ambas tenemos una ventana entre clases con casi la misma cantidad de tiempo y es por ello, que nos hemos propuesto aprovecharla de la mejor manera en que se nos es posible con el fresco clima de hoy: tomando un delicioso chocolate caliente para reactivarnos.

Nos encontramos inmersas en una agradable conversación acerca de las nuevas películas que se encuentran en cartelera esta semana. Debatiendo de forma calmada acerca de cuál de todas ella es la mejor opción para pasar una agradable tarde de chicas junto a SoYou, quien, lamentablemente, todavía se encuentra algo triste a causa del inesperado resultado que tuvo mi fiesta de cumpleaños el día sábado.

No importa la cantidad de veces que le diga que me divertí antes y después de que el desastre se desatara, porque a pesar de ello no consigo que la ligera capa de tristeza que nubla su mirada con tan solo rememorar lo sucedido, desaparezca. Y mientras ella se siente decepcionada por recordar aquel día, yo no puedo evitar sonrojarme cada vez que el vivido recuerdo de lo sucedido en la azotea con JongDae llega a mi cabeza, ocasionando que un ligero golpe de adrenalina altere a mi corazón.

Intento no pensar en la manera en que sus ojos me contemplaron y lo sincero que parecía al pronunciar aquellas, sin embargo, entre más me esfuerzo por alejar ese recuerdo de mi cabeza, este parece reaparecer con más frecuencia e intensidad.

— ¡Iseul!

La repentina mención de mi nombre consigue que tanto mi amiga como yo detengamos nuestro andar para seguido, girarnos en busca del dueño de esa exclamación. JunMyeon, vistiendo una dulce sonrisa que consigue que sus ojos se conviertan en dos medias lunas, se acerca trotando hacia nosotras. Notoriamente aliviado por el hecho de que lo hayamos oído.

— ¡Hola, chicas! — Respira de manera irregular, dejándonos en claro que ha hecho una carrera para encontrarnos antes de que nuestra próxima clase, que por mala suerte es una de las pocas que no compartimos, de inicio.

— Hola. — Lo saludamos de vuelta y al mismo tiempo, correspondiendo la gran sonrisa que tira de las comisuras de sus labios.

— Iseul, lamento mucho no haber podido asistir a tu cumpleaños el otro día. — Se disculpa, luciendo muy arrepentido por lo sucedido y sorprendiéndome mucho, ya que yo no tenía ni la menor idea de que JunMyeon estaba invitado a la fiesta. Y supongo que aquello es algo normal, dado que la fiesta era sorpresa y mis amigos fueron quienes se encargaron de la lista de invitados. — Mi abuela está de cumpleaños el mismo día que tú y.... bueno, tengo que aprovechar todo lo que pueda de estar con ella antes de que...— Deja la frase sin terminar de manera intencional y es entendible, porque no era necesario terminarla como para que tanto NaYoon como yo seamos capaz de entender a qué se refiere.

Rasca la parte posterior de su cuello y nos sonríe apenado, gesto que me parece sumamente tierno. Eso y el que haya decidido poner a su familia primer.

— ¡No tienes que preocuparte por eso! — hablo con suavidad, jugando con las correas de mi bolso de manera distraída y dejando escapar una suave risa que muere de forma pronta en mis labios.

— De igual manera, te compré un presente.

Me extiende una bolsa de regalo con un floral estampado, el cual es muy llamativo y, sin poder disimular mi asombro, lo recibo con agradecimiento y timidez.

— N- no... tenías porque molestarte, JunMyeon, pero muchas gracias.

— No es nada.

NaYoon parece dispuesta a agregar algo más a la conversación, pero unas escandalosas y conocidas risas la terminan interrumpiendo, consiguiendo que su expresión se deforme en una de completo asco. Nos volteamos a ver de dónde proviene aquel bullicio que me parece de lo más exagerado e innecesario y, como gesto inconsciente, arrugo la nariz con molestia al percatarme de que se trata de JiEun y su grupo de amigas.

ANDROFOBIA » KIM JONGDAE ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora