Hay sonrisas que alimentan el alma

Capítulo 1

Narra Macarena

¡Hoy es el gran día! Pienso mientras me miro al espejo, hoy por fin podré quedar con el chico que me gusta. ¡Hoy se va a declarar! Mi sexto sentido de mujer lo presiente. Me plancho el largo pelo pelirrojo para que se quede liso, que es como mejor estoy. Saco el kit de maquillaje y antes de pintarme la cara con productos químicos lo estudio detenidamente.

-Como odio el maquillaje...-susurro-Pero hoy es una obligación...-resoplo y empiezo a pintarme alrededor de mis ojos verdosos para remarcarlos, me pinto de rojo los labios y guardó el kit-Yo creo que con esto es suficiente...-Me vuelvo a mirar de nuevo en el espejo, llevo puesto una camiseta blanca que me regalo mi madre por mi cumpleaños y una falda azul con volantes...

Salgo del baño y encuentro la cara de mal humor de mi hermano que se encuentra apoyado en la pared con las manos en los bolsillos, Ángel siempre es así, así de chulo me refiero, por eso ha tenido tantas novias, porque era el malo del instituto y porque es guapo. Esas dos cualidades nos distinguen, él tiene el pelo rizado y rojizo "Pelo Fuego" le llamaban en el instituto y los ojos azules como mi padre, además de que es alto. Yo, soy bajita y más normal, además de ser un "Angelito del señor" como me llaman mis profesores, aunque desconocen que cuando pierdo la paciencia parezco un huracán arrasando una gran ciudad.

-¿Por qué me miras así?-le preguntó llamándole la atención

-LLevas una hora encerrada en el cuarto de baño ¿A donde vas tan arreglada?

-A ti te lo voy a contar...-me dirijo a la puerta cuando él me para sujetandome del brazo.

-Usa protección-sonrojo como un tomate, él ríe escandalosamente y me enfado.

-¡Ángel! ¡No voy hacer nada!

-No quiero un sobrino tan pronto...-le doy un golpe en el brazo y salgo de casa pensando en como será la estupenda noche...