Capítulo 51

268 13 0
                                    

Narra Macarena

Todo transcurre con normalidad, la cena está riquísima, las conversaciones son entretenidas por lo que por unos minutos puedo olvidarme del problema que hay entre Pablo y yo hasta que sucede algo que no me lo esperaba.
-¿Por qué no os besáis?-pregunta Carlota, se produce un gran silencio en la sala, trago saliva.
-Porque es de mala educación-dice Pablo, yo le miro, es lo que desearíamos los dos, volver a ser como antes.
-Pero no pasa nada-comenta mi suegro-Estamos en confianza.
Sin darme cuenta Pablo me besa, me quedo quieta, no se como reaccionar. Cuando acaba salgo corriendo del comedor, sollozando ¿En qué piensa? ¿En hacerme más daño? También se ha visto obligado pero ¡Por Dios! No ha dudado ni un segundo. Mi mente es un burullo de pensamientos, recuerdos... Salgo al jardín a respirar aire fresco y no mejor dicho porque frio hace. Me siento en un rincón del jardín apoyando mi cabeza sobre las rodillas.
-¡Macarena!-grita Pablo, escucho sus pasos pisar la hierba y siento su chaqueta sobre mi espalda, levanto la mirada y me doy cuenta de que está tiritando de frío.
-Toma-le digo entregándole su chaqueta del traje, él niega-¡Si estás helado!
-¿Y tú que?-se sienta a mi lado hecho un ovillo-Ya les he contado que tenemos problemas-suspira.
-Has hecho bien-los dos nos miramos de una forma distinta a como lo haciamos antes.
-Perdoname, fui un estúpido... Solo te quiero a tí, daría mi vida por ti Macarena, caí en la tentación del alcohol y pasión-empieza a llorar-Tachaba los días que quedaban para verte, como hacen mis fans cuando van a ir a un concierto mio, no te contestaba porque me sentía culpable.
-¿Crees que puedo confiar en ti? ¿Después de eso? Eres un famoso, te acostarías con cualquier fan mojabragas, como los demás, yo fui la tonta de creer en ti.
-No soy como ellos, he llorado noches por ti, hasta del dolor... Te he compuesto una canción-hasta ahora no me había dado cuenta que a su lado tenía su guitarra-¿Puedo cantártela?-me pregunta, dudo pero al final acepto.

Hay sonrisas que alimentan el almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora