Capítulo 40

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Narra Macarena
Vuelvo a casa donde me encuentro a mi madre llorando en el sofá y a su lado mi padre animándola, si no querían sufrir que no hubieran tenido hijos. Podría decir que son los peores padres que una hija puede tener, aunque más bien lo dice mi odio. Subo a mi habitación y encuentro a Ángel tumbado en la cama mirando una fotografía.
-¿No deberías estar trabajando?-pregunto desde la puerta, antes no me dejaba entrar a su dormitorio pero ahora no sé que hacer.
-Me han despedido-la verdad es que no me ha sorprendido, él no sirve para mecánico.
-¿Y esa foto?-digo cuando está desprevenido, se la quito y veo a mi hermano abrazando a Sole cerca de la Torre de Oro.
-Nos la hicimos ayer, desde eso no hago más que mirarla.
-Ay el Ángelito que se me ha enamorado-me tira la almohada en la cara y huyo antes de que me haga algo más.
Me encierro en mi habitación y me tumbo en la cama pensando en la aventura que estoy viviendo, siempre he pensado que era una aburrida pero ahora no pienso eso, ahora lo único que pienso es que Pablo ha cambiado por completo mis costumbres y que siempre las rupturas de pareja los produce la distancia. En el fondo tengo miedo pero no debería tenerlo, nos amamos los dos y ni eso podrá separarnos. Creo.

Flashback Narra Macarena
-¿Estos son tus padres?-pregunta Pablo fijándose en la foto de cuando era yo bebé y mi madre me sostenía en brazos mientras mi padre jugaba con mi hermano.
Asiento y él me mira extrañado-Han cambiado mucho ¿No?
-Mi padre es director de una empresa por lo que siempre debe estar pendiente de su trabajo. Mientras que mi madre es una lame culos, con perdón, de su jefe. Ahí se juntan el estrés, el amor imposible de mi madre, la explotación de su jefe y los viajes que realiza mi padre.
-¿Tu madre está enamorada de su jefe?-asiento-¿Y eso lo sabe tu padre?-niego.
-Mi padre siempre está de viajes-le enseño una foto donde posamos los dos en una barca de Venecia-Y mi madre está todo el día trabajando por órdenes de su jefe. Una noche mi madre invitó a su jefe a cenar en casa. Ángel estaba con sus amigos y mi padre en China mientras que yo no podía salir de mi habitación por órdenes de mi madre. Los dos cenaron, bebieron más de la cuenta y...-los dos no decimos nada, Pablo sabe a que me refiero.
-Vives en una gran mentira, ahora entiendo la situación. Debes darte cuenta que siempre el amor es el que va a llevar las riendas de la vida.

Hay sonrisas que alimentan el almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora