Hay sonrisas que alimentan el alma

Capítulo 38

Narra Macarena
Despierto entre sus brazos, él sigue teniendo los ojos cerrados y respira fuertemente, me levanto de la cama y me visto antes de que él se despierte.
-Macarena-susurra Pablo cuando ya me disponía a irme, me giro y lo veo apoyado en el cabecero.
-Pablo...-digo sonrojada, él viste sus boxer cerrando yo los ojos y se acerca a mi-Lo de anoche...-él me calla con un beso.
-Tengo que hablar contigo-me arrastra hacia la cama-Marcho está tarde...-no me lo creo, debe estar de broma.
-¿En serio?-y él asiente-¿Y por qué no me lo contastes antes?
-Porque todo era demasiado bonito para que esto sea cierto-y él mira el techo suspirando, cuando hace eso es porque intenta que yo no vea sus lágrimas.
-¿Y cuándo volverás?-digo llorando en su pecho.
-Dentro de unos meses-él levanta mi cabeza-No llores amor, de que nos demos cuenta estaremos juntos- se levanta de la cama y subimos al desván.
Empieza abrir cajas antiguas y a sacar albumes de mi familia pero el único que abre es el mio-Después de aquel día del amanecer miré las fotos y me di cuenta de que estoy enamorado de la Macarena pequeña y adolescente-rio, sostengo el álbum entre mis piernas y le voy hablando sobre las fotos.
-Aquí fuimos al campo...-él sujeta mis caderas con su brazo, no quiero que se vaya, no quiero esperar meses para volver a vivir esto.