Capítulo 21

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Narra Pablo
Casilda se marcha con los niños y me quedo a solas con Macarena que sigue sentada en el sofá viendo una película. La acompaño yo cogiendola y posandole sobre mis piernas.
-¡Ahora que me acuerdo! Ya se quien escribio la carta. La escribió una amiga mía que no está bien de la cabeza.
-¿Y porqué no está bien?
-Una vez se intento suicidar... Nosotras, es decir, mis amigas y yo, intentamos ayudarla hasta que conoció a Pablo... Se ve que ahora le gusta Lolo.
-Pero si no se conocen de nada-intento no reirme, excepto lo del suicidio resulta un momento divertido-Y no es que esté mal de la cabeza, solo que no encontró soluciones y penso que la mejor solución fue esa-ella asiente.
-Bueno... Me tendrás que ayudar a que tengan una cita los dos.
-Eso dejamelo a mi...-ella se reincorpora y se apoya a mi pecho.
Empiezo a notar un intenso calor en mi interior y la beso tumbándola en el sofá, beso su cuello y voy bajando, su costado, desabrocho algunos botones de su camisa y mientras sigo besándola...
-Pablo...-dice después de dar unos pequeños suspiros-No puedo, lo siento...-y empieza a llorar-Oh dios, que tonta soy.
Le quito esas lágrimas con mis manos y la abrazo-No lo eres, te entiendo, no debí haberlo hecho, el estúpido soy yo-y varias lágrimas derraman mis mejillas.
¿Cómo he sido capaz de hacerla daño? No era mi intención, no tuve que haberme dejado arrastrar por el deseo-No...-me susurra ella-Cuando esté preparada...
-No hay prisa-me consuela saber que ya no llora-Te quiero Macarena-y me da una pequeña sonrisa.

Hay sonrisas que alimentan el almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora