Capítulo 2

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Narra Pablo
¡Cuánto quiero a mi Sevilla! Es tan bonita y es tan mágico los conciertos que doy aquí, ninguno de ellos los olvidaré. Esta semana me toca dar dos conciertos aquí y... ¡Estoy más nervioso que cuando actué mi primera vez! Hay veces que ni yo mismo me entiendo. Llevo días sin dormir y me siento raro, como si algo me fuese a suceder en un futuro.
Camino por las calles de Sevilla desapercibido y algo hace que me llame la atención. Escucho un sollozo cerca de mi, me doy cuenta de que ese sollozo procede de una chica que está sentada en un banco.
¿Debería acercarme? La verdad es que es de noche y no se ve con claridad pero desde aquí puedo decir que tiene una buena figura. Me siento a su lado, ella me mira de reojo y me doy cuenta de que tiene corrido el maquillaje por sus mejillas. Ella me da una leve sonrisa intentando secarse las lágrimas con un pañuelo.
-¿Eres Pablo?-dice entristecida, asiento con la cabeza.
-Te vi llorando y... Se me rompe el corazón ver a una mujer llorando-ella rie y mira el suelo-¿Qué te pasaba?
-No importa... No es nada importante... Dejame que te invite a tomar algo...
-Aceptaré cuando me lo cuentes-ella rie y ese es el sonido que quería escuchar, su hermosa risa.
-¡Eres malo Pablete!-como respuesta le doy una sonrisa haciendo que ella se distraiga un rato-Había quedado con un chico...
-Y te ha dado de lado-digo terminando su frase, ella asiente y yo resoplo, que daño hace el mal de amores-Pero en vez de eso vas a ir a una cena conmigo-los dos reimos rompiendo el silencio.
-Creo que va a ser mejor que lo que tenía planeado...-los dos nos levantamos y nos dirijimos a una cafetería cercana.

Hay sonrisas que alimentan el almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora