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˝One dream, one life, one lover
Paint me happy and blue
Norman Rockwell
No hype under our covers
It's just me and you"

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    La una de la tarde con doce minutos, marca los dígitos en el reloj abrazado a mi muñeca. Le ha tomado una hora y algo más a Izan leer y releer los discursos del equipo, como si no lo hubiese hecho ya  por correo. Solo quiere parecer más interesante cuando ya sabemos a quién va a elegir, porque nunca le había tomado tanto tiempo decidirse.

Se ha tardado porque le cuesta decir nuestros nombres.

Troy resopla con toda la intención de que resuena en toda la sala, cambiando de posición por tercera vez en dos minutos. Los demás continúan abstraídos en su celular, las únicas tensas y con ganas de salir corriendo del aula somos Troy y yo.

Reboto el talón en el piso, reviso la hora de nuevo y reviro los ojos al fijarme que no ha pasado ni un minuto. Vuelvo al celular a escribirle un texto a Lulú avisándole que pasaré por ella luego de salir de acá y echarme un baño en el apartamento. No podría soportar esa reunión sin ella al costado, la vergüenza no toca lo desmedido al no ser la única que no comprende ni un término contable. Así de reversada se halla mi vida, que mi firma es necesaria para la toma de decisiones de una compañía de la que no tengo mérito, y solo sé que su éxito se debe, en base, a la decadencia de la humanidad.

—Vas tú, tú y...—Izan finalmente alza la cara de las hojas, apunta a Allen, a mi y de último como si el dedo le pesara cien kilos, a Troy—, tú.

Me pregunto si perder el tiempo es su hobby, porque se lleva un sobresaliente en eso.

—¡Por fin!—exclama Troy levantando las manos al techo.

Un semestre después siendo parte de este club al que tuvimos que entrar porque para el resto ya no quedaban cupos, hemos sido elegidas para representar a la universidad en otro campus. Ser miembros ya son puntos extras, si ganamos, más todavía, además, se ve bonito en el récord estudiantil. Me pongo de pie a la par de Troy, me lanzo la tira bolso al hombro, recojo la carpeta en la que guardo las guías y me acerco a Izan casi arrancándole los pases de la mano.

Pensaba celebrar con Troy, pero el rubio latoso decidió abrir la boca.

—Si redactaras como es debido, te elegiríamos más seguido.

La cabeza de Troy se mueve en cámara lenta a la mediocridad de tipo diagonal a ella, solo tienen a Abel en medio. El moreno se incomoda por la posición defensiva de ambos, se remueve, rascándose la barba incipiente.

—Si tienes algo que decirme, habla de una vez, no mezcles las cosas, ¿vale?—espeta Troy.

Izan se levanta del asiento, de reojo veo como August, Miles y Eve hace la misma expresión de cansancio que yo. Es que es tan común que se engarcen en discusiones, ya es rutina en estas reuniones. Froto la picada de zancudo en la muñeca y le echo otra ojeada al reloj, el estómago me ruge, como no se apuren, me haré la desmayada.

—A ver, ¿qué tendría que decirte yo a ti?—devuelve Izan, cruzándose de brazos.

—Mierda, no sé, ¿qué no me superas y por eso tratas de hacerme la vida imposible?—replica Troy, provocando una burla grupal.

Raspo el interior de la mejilla con la lengua, oscilando la vista entre Troy... y su ex.

—Estás loca.

The Right Way #2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora