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"Arcadia...
All roads that leads to you as
Integral to me as arteries
That pumps the blood that flows
Straight to the heart of me"
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      —Veinte primaveras tienes que cumplir, veinte flores nuevas que te harán... feliz...

La música sonaba a través del altavoz del celular, dispuesto contra la caja de leche encima de la barra de desayuno. No se ve más que la portátil de donde reproducen la canción, tengo que recordarme que ellos sí pueden verme para no fruncirle el ceño a la imagen.

Feliz cumpleaños hija de mi vida, son veinte años—mamá devuelve la cámara a su cara—. Sol, no lo puedo creer, hace veinte años estaba en la sala de la maternidad Concepción Palacios pujando nojoda para que sacar esa cabezota tuya...

Todos los años repite el mismo monólogo, me lo sé de memoria. Lulú mira intrigada a la cámara, desayunando en santa paz, comprendiendo mitad de las felicitaciones.

—Sí...

—Casi te mueres asfixiada por el cordón umbilical...

—Eso explica muchas cosas...

—Y no lloraste ni con la nalgada que te soltaron...

—Caramba...

El sollozo de siempre aparece. Volví acertar a tiempo.

—Porque te estabas muriendo...

—Que bolas....

Las carcajadas de Marín interrumpen los gimoteos de Isis, la imagen se distorsiona y un par de golpes secos seguido de más risas explosivas ocupan la línea. Mamá le sisea que guarde silencio, carraspea y regresa su cara fuertemente sonrosada al cuadro, como si nada hubiese pasado.

—Te amo, Sol, estoy tan orgullosa de todo lo que has conseguido, tu papá dice que también lo está y tú hermano también aunque esté ruñendo una arepa.

Lulú comprende lo que ha dicho, levanta la suya riendo, porque también está en lo mismo.

—Y yo a ti mami, a todos, me encantaron las flores y chocolates—digo, mi sonrisa se perpetúa y la emoción me empaña la voz—. Oye, acuérdate de la cena...

—Ah sí, Agnes me llamó, iremos a su casa para celebrar juntos.

Como Alicia, caigo en un agujero negro.

—¡¿Qué?!

La información juega conmigo, se divierte de forma maniática y burlesca, va y viene lejos del agarre de la razón.

—Oye, no me grites Sol Verónica.

No, el plan era cenar con mi familia y Eros, no mi familia... y la familia de Eros juntas.

Hurgo en los cajones de mi memoria pesquisando un detalle que pude pasar por alto que llevase a esto, una conversación, llamada, mensaje, email. Nada. No hay nada. El corazón se me derrite al calor de los nervios fundiendo cada fibra dentro de mi pecho.

No es como si no fuese a ocurrir jamás, no hay duda, el sobresalto es que apenas hoy nos divorciamos, en la ficha técnica de mi vida aún damos pasos cortos, me estoy conociendo en una faceta nueva, aprendiéndome a solas y a los dos. Puede que al resto, mi familia, la suya, les parezca incluso tardío, pero a mí no, no me esperaba que pasara hoy y justo, me entero hoy.

The Right Way #2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora