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"Breaking up slowly is a hard thing to do
I love you only, but it's making me blue
So don't send me flowers
                Like you always do                     
It's hard to be lonely
But it's the right thing to do..."
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    —¡Kamal Johnston para presidente de los Estados Unidos de Norteamérica!

Y con eso, se abre la primera grieta a mi espléndido día soleado.

El grito de zarigüeya herida de Theon taladra mi cauta paz, la que estuve recolectando como migajas a lo largo de la mañana, evadiendo malos ratos, ignorando miradas desdeñosas, cambiando de pasillo si me cruzaba con alguien del club de debate. No quedamos en buenos términos desde que le volteé la cara al imbécil Izan de un carpetazo.   

La misma calma que me ha mantenido aislada de la lluvia de pensamientos intrusivos, de distintas situaciones pero análogos en el resultado, ocupando y acechando a cualquier instante de tranquilidad para atacar y lacerarme el cerebro con su barboteo sin fin.

Había funcionado, no tenía la urgencia de pellizcarme los dedos ni sentía el ardor en el pecho porque se me olvidaba respirar, y ahora se ha ido volando, como las palomas que hacen del campus su cagadero principal.

—Si sigues gritando esa mierda, no llegará ni a ser presidente de la facultad, ¡respeta la veda electoral!

Troy debe estar tan perdida en sus divagaciones como lo estoy yo, porque joder, ¿no se ha dado cuenta que a todos los que les importa esta mierda, tienen al menos un pin anclado en la ropa, con la cara de su postulante favorito?

—¿Eres estúpida?—Theon corta la respuesta de su hermana, levantando la mano tan cerca de su rostro, que le aplasta la nariz—. No me contestes.

Troy le lanza su mirada más tenebrosa de relevo al golpe que planeaba estamparle, porque prefiere seguir comiendo su pan con una simple salchicha que ellos se empeñan en llamar hot dog.

—Tanto derroche cuando aquí todo el mundo sabe quién será el ganador.

Un engranaje se cierra en mi cabeza. Hunter se atraganta con la comida, perdí la cuenta en el cuarto pan de todos los que se devorado en total, con la prisa y necesidad de un famélico.

Acordamos tomar el permiso de clases en el mismo horario para cumplir con el derecho al voto. La universidad entera luce como un festival político, gente demasiado ansiosa, como si se disputara la presidencia del país. Se siente el ambiente ansioso y se remarca la competencia con los bultos de fanáticos apostando entre ellos, vestidos con propagandas y panfletos con las caras petrificadas de los contendientes.

A Hunter no puede preocuparle menos la movida, digo, a mi no es que me quite el sueño, pero al menos me intereso en escuchar las propuestas. Él no supo responderle a Theon cuando quiso saber el dueño de su voto, Hunter simplemente se encogió de hombros y con la boca repleta de comida, le contestó que no lo sabía.

Así visualizo el futuro de este país. Incierto.

—Mira tú, que extraño—me cruzo de brazos, enarcando una ceja interrogativa—. Estás mejor informado de mi área que yo.

La indirecta es lo suficientemente afilada para penetrar su robusta pared de indiferencia. Se saca el pan de la boca, masticando con lentitud. Puede que procesando mi tono de reproche, o puede que sopesando una manera de mandarme a comer mierda, por inmiscuirme en su vida.

The Right Way #2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora