TRADUCCIÓN_Ceguera_TERMINADO

11. Devoradores de almas marrones

Nota de Ángela: ¡ Aquí está el primer capítulo de los seis capítulos de la tercera parte! Publicaré uno cada dos días en las próximas semanas hasta que todos estén listos. En cuanto a mis ojos, mi ojo derecho se ha curado con una visión perfecta, y mi ojo izquierdo está solo un poco borroso. Tengo algunos problemas con mis retinas que causan puntos negros, pero los médicos tienen la esperanza de que también mejoren con más tiempo. ¡Gracias por todos los buenos deseos! Me hicieron sentir mucho mejor con la situación. Como siempre, muchas gracias a GJMEGA , mi beta y coautor, ¡y espero que todos disfruten del último capítulo!

Nota de GJMEGA: ¡Hola una vez más! Una vez más debo agradecer a Angela por permitirme trabajar con ella en esta historia. Nunca he escrito mi propia historia de forma independiente, así que no tengo nada con qué compararla, pero ser coautor de esta historia ha sido un placer y un gran desafío mental. Espero que todos disfruten esta próxima parte y continúen apoyando tanto a ella como al resto del trabajo de Angela. También espero hacer más colaboraciones con ella en el futuro.

El Diario había sido el primero; su primera muerte verdadera y saboreada, la primera vez que fracturaba su alma y la destrozaba.

El Anillo había quedado en segundo lugar, menos de un año después, y Riddle había ganado un gusto por él, el dolor exquisito, el torrente de poder y fuerza que venía con tal Magia Oscura.

La fuerza se había desvanecido, pero Riddle sabía cómo ganar más de ese sentimiento.

Mirándose en un espejo por primera vez, contempló la verdadera malevolencia de lo que se había convertido; aunque Crouch había esperado su apariencia retorcida, Riddle no estaba preparado para ver ojos rojos en lugar de color avellana, fosas nasales abiertas y mejillas demacradas en lugar de una suavidad humana y redonda. Aunque era más joven por décadas que su yo mayor, la magia oscura del ritual de resurrección había torcido su forma con la misma severidad. Ya no era un chico guapo; era un monstruo deformado.

Pero no podía lamentar su mirada perdida cuando tenía que lidiar con un imperio perdido.

Comprendió algo de lo que estaba pasando, los recuerdos surgieron de la mente del mago mayor que lo había encontrado, las conclusiones inevitables cayeron en su lugar.

Su yo mayor había fallado; y no solo una vez, sino dos veces. No conocía los detalles que el propio Crouch no conocía; cualquier esperanza de recuperar los recuerdos de un horrocrux más antiguo perdido con la ejecución de Voldemort.

¿Había ganado más? ¿Sería capaz de averiguarlo alguna vez?

Tenía que recuperar su gloria pasada; ¿O fue su gloria futura ? Tenía que crecer en fuerza y ​​vengarse. Tenía que convertirse en Lord Voldemort una vez más, no en el Tom Riddle de diecisiete años que ni siquiera recordaba haberse graduado de Hogwarts.

Necesitaba a sus seguidores; y fueron encerrados en la prisión de Azkaban.

Una prisión custodiada por la oscuridad, la fría y profunda oscuridad, seres que conocieron el dulce socorro de tomar una vida y hacerla trizas, desgarrar y morir.

Siempre había pensado que los magos deberían haber pensado más en negociar con esas criaturas.

Ninguna comida dada era tan dulce como la que se tomaba.

La carta llegó en las garras azul pálido de una gran lechuza.

Harry, por supuesto, no podía leerlo. Pero antes incluso de intentar su hechizo habitual para leerlo en voz alta, tan familiar que podía lanzarlo en sueños, la luz bronceada del pergamino se desplegó por sí sola y comenzó a leerse en voz alta.