TRADUCCIÓN_Ceguera_TERMINADO

21. Sombras blancas entre estrellas oscuras

Nota de Angela: ¡ Disfruta de un capítulo un poco más largo de lo normal!

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Harry se quedó mirándose a sí mismo, observándose a sí mismo. Era complicado ver un recuerdo dentro de un pensadero de sí mismo viendo un recuerdo dentro de un pensadero; como mirar a través de las capas de una cebolla.

No lo había intentado hasta esa tarde; la última vez que se había examinado a sí mismo en busca de influencias externas había sido con Hermione a su lado, buscando año tras año cualquier señal de que el horrocrux lo hubiera contaminado.

Esto fue diferente. Esto fue, de alguna manera, peor.

Harry vio como su propia alma verde estaba en una calle, el fuego todavía ardía en los bordes del recuerdo, el inferi esparcido por el suelo como fragmentos de triángulos rotos.

Se vio a sí mismo arrodillarse, dedos de luz alcanzando lo que ahora sabía que era la Piedra de la Resurrección. Vio sus dedos levantarlo suavemente, darle la vuelta, colocarlo en su bolsillo. Nada ha cambiado todavía.

El recuerdo volvió a parpadear. Harry estaba solo, en Grimmauld Place, sentado en una silla de madera, sacando el anillo, tratando de cambiarlo, tratando de explicarse a sí mismo su imposibilidad.

Harry se miró a sí mismo en el recuerdo dentro de un recuerdo, luego se miró a sí mismo mirando ese recuerdo. Era lo más parecido a un espejo que jamás había estado; y de esta manera podía ver mucho más claramente si algo cambiaba.

Su yo pasado colocó el anillo en su dedo, y Harry lo vio suceder, tan leve que nunca lo habría visto sin observar el uno al lado del otro.

Un ligero cambio en la humanidad de su patrón; una esfera que se inclina ligeramente hacia un cono aquí; una caja que se convierte más en un prisma allí. Un cambio tan pequeño, un ligero ángulo en su patrón, nada que jamás hubiera notado.

El creciente escalofrío en su estómago se hizo más profundo, se endureció. Harry cambió la memoria de nuevo, como lo había hecho cuatro veces antes, porque podía ver que ese pequeño cambio no era nada. Nada comparado con lo que vio cuando se examinó a sí mismo hace tres años para sí mismo ahora.

Harry se vio a sí mismo desenvolver el paquete que estaba alrededor de la Capa de Invisibilidad. Vio que el patrón de la Piedra cambiaba por agitación o excitación; vio su propio patrón cambiar con él, muy emocionado por encontrar otro patrón que no podía explicar.

Entonces, el yo de la memoria arrojó el patrón de estrellas y sombras a su alrededor y se desvaneció en su luz con una risa que no se había dado cuenta de que había proferido.

Cuando se quitó la capa, el daño ya estaba hecho. Ahora no era tan leve. Más conos y prismas, el verde de su propia alma y el patrón humano de su cuerpo cambiaron irrevocablemente. Como si lo que lo hacía humano se volviera más parecido a lo que hacía la Piedra y la Capa, ángulos agudos y curvas inclinadas.

Y esparcidas por su color verde oscuro resplandecían sombras, reflejadas por pinchazos más claros de la más pálida oscuridad verde.

Lo que no tenía sentido, que las sombras pudieran brillar y la luz pudiera proyectar tanta oscuridad.