TRADUCCIÓN_Ceguera_TERMINADO

31. El caluroso verano negro

Nota de Angela: En la década de 1900, una empresa de sal necesitaba crear un eslogan de marketing para su producto más nuevo. Era una sal nueva, una que, a diferencia de los productos y competidores anteriores, fluiría libremente incluso en climas húmedos en lugar de aglutinarse. El lema que decidieron fue este: "Cuando llueve, llueve a cántaros".

Bueno, los problemas se parecen mucho a la sal. Cuando llueve en tu vida, tus problemas se derraman como una inundación. En resumen; Me estoy cansando bastante de la sal. Lo que podría, y probablemente lo hará, brillar en mi escritura. No puedo analizar exactamente el factor humano de una creación humana, parece ser una incongruencia. Pero si sientes un toque diferente aquí y sigues adelante, culpe a los niveles de sodio de mi vida.

Nota de GJMEGA: No soy una persona particularmente verbosa, así que en lugar de la prosa conmovedora de Angela, solo diré que lamento que haya tardado tanto en publicar esta. La mayor parte es culpa mía y espero comunicarles el próximo mucho antes.

Si Harry pudiera describir ese verano en una palabra, sería negro.

Si usaba dos, agregaría la palabra caliente. Porque los vampiros ardían con un calor inigualable por cualquier criatura excepto, quizás, un dragón.

Encerrado en su laboratorio con el vampiro Brendon y su sirviente Hill, ese calor construyó a niveles casi insoportables, un horno de furioso poder, peligro y hambre.

Porque en esa habitación, Harry se enteró de que Brendon quería comérselo vivo. Quería abrir su piel y comer su carne y beber su sangre y revolcarse en su poder mientras se derramaba al suelo en ondulantes inundaciones. Lo vio en la mente del vampiro cuando su poder chocó, cuando la fuerza esmeralda de Harry mantuvo la carne negra como el carbón y comenzó a retorcerse y romperse y repararse y desgarrarse de nuevo, cuando su mente tocó otra mente, ambos retorcidos juntos como Harry se escondió dentro de otro ser y trató de cambiarlo de adentro hacia afuera.

Harry lo vio cuando sostuvo el corazón de Brendon en su mano, el pecho se abrió, las costillas de color negro carbón se abrieron al aire, la sangre en sombras corrió por sus dedos esmeralda. Brendon no respiraba porque el vampiro no tenía que hacerlo y nunca lo había hecho en su vida, solo yacía allí en agonía, manteniéndose quieto de la misma manera que constantemente se mantenía quieto y no le arrancaba la garganta a Harry con el deseo de alimentarse y ser. vivo, aunque solo sea por un momento, vivo, fuerte y completo .

Harry miró ese corazón y lo comparó con el de Hill, el mago misericordiosamente muerto en ese momento e inconsciente de la confusión en la habitación, el calor opresivo, el hambre y el poder, y vio lo que hacía que el corazón de un vampiro estuviera mal, cómo el órgano no lo hacía. bombea pero yacía muerta, la carne no se pudría y, sin embargo, no crecía, no estaba viva, y tomó el patrón de la no muerte y lo hizo vivir y lo puso de nuevo en el cuerpo de Brendan y observó cómo el vampiro aullaba y se retorcía y el tiempo se deformaba a su alrededor, un cóncavo cosa con dientes que rechinaban, mordían y desgarraban.

El corazón, de todos los órganos sería el corazón, el corazón la pieza que mantenía al vampiro en inmortal estasis. El corazón que se niega a hacer correr sangre por el cuerpo y aún así lo hace; solo movería la sangre y la sombra negra de otro, no el color dentro del negro, el color que yacía en lo más profundo del cerebro de Brendon.

El cerebro, esa otra pieza faltante del rompecabezas. La pieza que había encontrado primero, ese primer mes cuando exploró meticulosamente cada parte del cuerpo del vampiro y trató de aislar el catalizador que fracturó el patrón en su totalidad. Mientras exploraba, se enteró de que Brendon no se desmayaba ante un dolor insoportable, no podía desmayarse porque los vampiros no podían dormir, no podían descansar, no podían cerrar los ojos y detenerse; y tal vez eso, tanto como los largos años que pasaron, fue parte de sus problemas de memoria.