Capítulo IV. Un alma muy caritativa

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Tom



Jane no mentía cuando me había dicho que era buena en soccer, era asombrosa.

Después de dejarla en su residencia me subí al coche demasiado emocionado y conduje hasta mi apartamento. Al entrar me encontré con Edd y Susy, estaban viendo una película acurrucados en el sillón. Entré con una enorme sonrisa en el rostro y fui directo al refrigerador; necesitaba algo para calmarme un poco, tenía la garganta seca.

Ellos solo se quedaron observando cada movimiento que yo hacía, después se veían mutuamente con unas caras que ya conocía. Y regresaban a analizarme con los ojos. Lo hicieron al menos cinco veces.

Ya van a empezar...

—Así que... ¿cómo te fue? —preguntó Edd curioso.

—Genial, espectacular, asombroso, ella es asombrosa. Juega increíble, en verdad es muy buena—admití.

—¿No pasó algo más? —Edd enarcó una ceja.

—La conocí ayer—les recordé.

—Eso es lo que menos importa, hermano.

—Bueno a mi si me importa, no quiero que piense algo que no—añadí.

—¿Qué podría pensar? Aparte a ella también le gustas—admitió Edd.

—¿Cómo lo sabes? —dije rápidamente.

—Me lo dijo, la vi esta mañana.

Le gusto...

—Y no me dijiste antes... ¿Qué te pasa? —le lancé una manzana que estaba enfrente de mí. Pero él la esquivó.

—¿Sabes que pudiste causarme una contusión con eso no? —reprochó refiriéndose a la manzana—. Y lo de Jane no es un secreto, es bastante obvio.

—Eso es verdad—comentó Susy.

—¿Están seguros? —pregunté.

—Totalmente, Jane es fácil de leer—contestó Susy—me cae muy bien, es una chica, como decirlo, sencilla.

—A mí también me cae muy bien. Deberías de invitarla a salir—me sugirió Edd.

—Quiero hacerlo bien—mencioné.

—Y con hacerlo bien te refieres a...

—Una cita. Estoy pensando en una cena romántica, ir al cine, algo del estilo—dije.

—Y aquí mis amigos, tenemos al Tom loco romanticón—Edd se burló.

—A mí me parece tierno. Aparte tú también planeas citas así—añadió Susy.

—Mi amor, por favor no me exhibas de esa manera—pidió Edd apenado.

—No tiene nada de malo ser un loco romanticón. Si planeas algo así para Jane ten por seguro que la harás muy feliz. 

—Gracias Susy. Ahora los dejo solos, iré a mi habitación—me despedí.

Si parecía un idiota sonriendo como lo estaba haciendo, realmente no me importaba. Aceptando mi faceta "romanticona" caminé directamente a mi habitación planeando una cita perfecta para Jane. Deseando tener el poder de adelantar las horas de la noche e ir a buscarla mañana para hablar con ella otra vez.

*
*
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A la mañana siguiente me desperté con el mejor humor posible. Me dirigí a la ducha y tomé el baño más rápido de toda mi existencia, salí con la toalla envuelta debajo de mi abdomen y me vestí con unos jeans y una camiseta negra básica. Al terminar tomé todas mis cosas y salí hacía la cafetería que visitaba todas las mañanas antes de ir a la universidad, ordené unos waffles con un té de menta y al terminarlos me dirigí al piso de administración del campus. El entrenador me había pedido que hiciera una lista con los posibles candidatos para esta nueva temporada y me pidió que lo viera en administración antes de empezar con mis clases.

Oculto en tu miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora