Capítulo XVI. Te creo.

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Nota

Los tres asteriscos (***) indican el inicio de los sueños de Jane. Hay muchas cosas que ocurren en sus sueños que están relacionados con su vida y su pasado:)


Jane


♪♪Me traicionaste-Rosalia, A.Chal

Dolía

Dolía demasiado haber visto a Tom de esa manera con su ex novia. Mi respiración se paró un momento cuando los vi apunto de besarse.

Pensé que me estaba buscando a mí.

Decidí correr tanto como pude y encerrarme en mi habitación. A los pocos minutos de estar ahí lamentando el momento en el que había conocido a Tom, el tocó a la puerta pidiéndome que le abriera.

No podía verlo a la cara, no después de lo que había presenciado.

Demasiadas lágrimas comenzaron a escapar de mis ojos. Quería que esto parara, pero sabía que tenía que sacar todo lo que se había creado al ver a Tom con otra.

—Esperaré toda la noche si es necesario—escuché como se recargaba en la puerta—me abres si quieres hablar, te explicare todo, te quiero solo a ti.

No respondí, me limité a llorar, a sentir, a consolarme a mí misma mientras el chico que me había hecho daño estaba justo afuera de mi puerta diciéndome que me quería.

Lloré hasta que me quedé dormida.

*

*

*

Solo pasaron unas horas cuando abrí los ojos. Todo estaba oscuro, encendí la lampara de noche que tengo en mi buró. Estaba intentando comprender todo lo que había pasado hace un par de horas. Me quité el disfraz que aún traía puesto y me puse algo más cómodo. Fui hacía el baño y me quité todo el maquillaje, no sin antes observar todo el rímel corrido por las lágrimas que había derramado. Me hice un chongo alto y me senté a la orilla de mi cama. Estaba viendo el suelo con la mirada perdida cuando recordé algo...

Tom está afuera.

Caminé hacia la puerta, la abrí lentamente esperando que no me lo encontrara. Pero ahí estaba, sentado, con su cabeza recargada en la pared, tenía los ojos cerrados.

Di un pequeño suspiro y el abrió los ojos rápidamente. Nos quedamos en silencio absoluto, el me observaba mientras esperaba que yo dijera algo. Después de unos segundos comencé a hablar.

—Tom, vete a casa por favor—le pedí.

—No—disintió convencido.

—No quiero hablar, no tiene sentido que te quedes aquí.

—Lo haré, esto solo fue una confusión, no me voy a ir hasta que me escuches.

—Pues dormirás aquí entonces—dije frustrada justo antes de cerrar la puerta.

Me acosté y me envolví entre mis cobijas en posición fetal para obtener más calor. Estábamos en una noche fría de otoño, ya era de madrugada así que la temperatura era aún más baja. Tapé mi cuerpo hasta mi cabeza y me quedé viendo al vacío intentando conciliar el sueño una vez más.

En verdad lo intenté, di mil vueltas a la cama, pero no logré mi cometido. Quería dormir, quería que no me importara que Tom estuviera afuera, seguramente congelándose. Pero no podía ser tan egoísta inclusive cuando él lo había sido en ese laberinto.

Me levanté y fui directo a la puerta. Tom estaba en la misma posición, pero se estaba abrazando a sí mismo por el frio que hacía en ese oscuro pasillo.

Oculto en tu miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora