Tom
Ya estaba oscureciendo y le ofrecí a Jane llevarla a la residencia. El camino no se sentía igual, ni siquiera sabía la razón por la que estábamos así, Blair no era mi novia y le había contado a Jane todo sobre nuestro pasado. Ella no estaba molesta, o al menos no lo parecía, solo se veía pensativa y lo confirmaba por la pequeña arruga que se le formaba entre las cejas, me gustaba tanto verla con esa expresión, pero prefería que hablara conmigo. El silencio molestaba en lo más profundo de mi ser.
—Creo que lo harás increíble mañana—dije cortando el abismal silencio entre nosotros.
—Todo es gracias a ti.
—No, todo lo haces tú—le reconocí.
Quería decir algo, lo que fuera para saber que pasaba por la cabeza de Jane, pero ella se adelantó.
—No estoy molesta. Tampoco es que me debas algo, apenas nos conocemos y no quiero que pienses mal de mí. No puedo molestarme ni estar celosa, no me corresponde. No tienes que explicarme sobre absolutamente nada de tu vida.
—Quiero hacerlo y quiero que te corresponda—confesé.
—¿Lo dices en serio? —preguntó con un tono de sorpresa.
—Sé que nos conocemos desde hace poco. No puedo explicar realmente lo que me sucede cuando estoy cerca de ti, ni yo lo entiendo bien. Es la primera vez que me siento así por una chica.
—No sé qué decir...
—No digas nada, bueno si habla conmigo, no me gusta el silencio entre nosotros—reí apenado—. Pero no digas nada sobre esto aún, piensa bien que es lo que sientes. Si te gusto o no y partamos de ahí, sin presión, solo disfrutando del tiempo juntos.
—Eso me gustaría, mucho.
Jane me dedicó una sonrisa sincera y continuó hablando.
—¿Irás a las pruebas de mañana?
—Estaré en primera fila, soy tu más grande fan—expresé.
—Yo soy la tuya.
Llegamos a la residencia y detuve el coche justo enfrente de la entrada principal de la misma. Giré para despedirme de Jane y ella se acercó para darme un beso en la mejilla, que mi cabeza se girara junto a la de ella hizo que el beso fuera en la comisura de mis labios. Ella salió disparada como las tardes anteriores y me quedé sabiendo que ese choque entre los límites de nuestros labios sería lo único que obtendría esta tarde, y que era suficiente para mantenerme en las nubes.
*
*
*Al día siguiente acompañé a Jane a algunas de sus clases, ya no podía ir a todas con ella porque algunas de mis clases serían en un edificio diferente. Jane ya se sabía el camino a todas sus salas, pero aun así me gustaba pasar tiempo con ella.
A la hora de las pruebas de soccer femenil, me adentré en las canchas y me senté en la primera fila de las gradas. Quería que Jane notara mi presencia así que le grite para así saludarla con un movimiento de mano. Las pruebas comenzaron y en verdad me quedé embobado con ella, sabía lo que hacía, era la mejor entre todas las postulantes. Aparte llevaba unos shorts que llenaron mi cabeza de miles de pensamientos impuros.
No soy la clase de chico que se queda viendo el cuerpo de una mujer como si ellas no estuvieran ahí, me gusta creer que muestro respeto de esa manera. Con Jane es otra historia, no pude controlarme, desde que la vi en ese vestido rojo su figura se quedó pasmada en mi cerebro, su cuerpo tiene las proporciones perfectas y aunque no las tuviera aun así me encantaría. La prueba de soccer fue la excusa perfecta para poder verla con más detenimiento.
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Oculto en tu mirada
RomanceCon la llegada de Jane Thompson a Atherton California su mundo se redujo a los secretos de su pasado. Esos mismos que la atormentan cada noche al conciliar el sueño. Pero, ella solo quiere dejar todo atrás y empezar de cero junto a Tom Anderson, un...