Oculto en tu mirada

Capítulo XXIII. Tienes un mes y nada más

Tom

A Jane le estaba costando un poco de trabajo despedirse de sus padres, no los vería hasta verano. No se separaba de su mamá ni de su papá, los abrazaba todo el tiempo y les repetía una y otra vez cuanto los extrañaría.

—Ya lo entendimos niña—le dijo el señor Thompson mientras sacudía su cabello.

—¡Papá! —se quejó Jane.

—Ya ya, déjame me despido de Tom—puso su mano en mi hombro y caminamos juntos lejos de Jane, la señora Thompson y Sara.

—No lo asustes—pude escuchar que Jane le decía a su papá.

Nos acercamos a una banca a unos metros de donde estábamos y nos sentamos los dos viendo enfrente, podría ver a Jane hablando con su mamá y riendo. Era una hermosa vista.

—Tom, quería hablar contigo hijo—comenzó el señor Thompson.

—Claro, señor.

—No sé si sabes la razón por la que Jane se fue de Australia—dijo sin más.

—No realmente, sé que hay cosas que no conozco de Jane. No quise insistir en saber, ella me lo dirá cuando esté lista.

—Eso está bien. Ella parece ser muy fuerte, pero pasó cosas que nadie se merece y mucho menos ella. Pasó algunos meses en terapia y ahora parece estar mucho mejor, todo gracias a mudarse a California y en parte a ti—la confesión del señor Thompson me sorprendió, pero me enfoqué en seguir escuchándolo—. Así que te lo agradezco, como padre siempre buscas lo mejor para tus hijos y yo siempre he buscado lo mejor para Jane, fallé en Australia—fijó la mirada en mi novia—. Pero ahora es diferente, sé que eres un buen chico, solo me queda decirte gracias por cuidar de mi niña.

—No tiene por qué agradecer señor, siempre cuidaré de ella—le aseguré.

—Bien—tomó de uno de mis hombros, y ambos nos pusimos de pie—ahora vamos, que los vuelos están por salir.

Los vuelos de regreso siempre los siento más cortos que los de ida, así que, en un abrir y cerrar de ojos ya estábamos tomando nuestras maletas para irnos hacía el departamento de Sara primero. Esta vez nos quedamos despiertos todo el vuelo y el sueño nos estaba ganando en el coche camino a nuestros respectivos hogares. Cuando Sara bajo le pedí al chofer que nos llevara a la residencia del campus para que Jane pudiera dormir.

—Pulga—sacudí su hombro suavemente.

—No—dijo entre suspiros.

—Ya llegamos a la residencia—insistí.

—No—se acurrucó en mi hombro.

—¿Quieres quedarte hoy conmigo? —le pregunté mientras acariciaba su cabello.

Dijo algo que pareció como un sí. Le pedí al chofer que nos llevara a mi apartamento. Antes de que llegáramos le mandé un mensaje a Edd pidiéndole ayuda con las maletas. Él fue rápido, para cuando llegamos ya estaba abajo esperándonos.

—Pulga, ya llegamos—intenté despertarla de nuevo.

—No quiero—dijo con los ojos cerrados.

—No te puedes quedar aquí, anda vamos y te duermes.

Pero ella no se movió, estaba realmente agotada por el viaje que no quise insistir.

—Llévala, nosotros nos encargamos de las maletas—dijo Edd refiriéndose al chofer y a él.

Con mucho cuidado cargué a Jane. Terminó rodeando mi cintura con sus piernas, y mi cuello con sus brazos, y recargó su cabeza en uno de mis hombros.

La llevé a mi habitación.

La recosté suavemente en mi cama, le quité los zapatos y la tapé con la manta que tenía ahí. Me hinqué junto a la cama y me quedé viendo con una gran sonrisa a mi niña por unos segundos. Puse uno de los mechones de su cabello detrás de su oreja y ella sonrió sin abrir los ojos.

—Te quiero—la escuché decir.

—Te quiero más, ahora descansa—le di un beso en la frente y me levanté.

Estaba por cambiarme a mi ropa de dormir cuando escuché mi celular sonar, era un mensaje.

♪♪Soaked-BENEE

___________
Blair: Sé que ya llegaste, tenemos que hablar.

Tom: ¿De qué? ¿De cómo me intentaste besar en Halloween aún sabiendo que quiero a Jane?

Blair: No estás en posición de ponerte así conmigo. Y lo sabes.

Blair: Te espero en 30 minutos en el restaurante al que siempre íbamos cuando estábamos juntos.

___________

Tomé una sudadera y me dirigí a ese restaurante al que tanto iba en el pasado.

*

*

*

—Buenas noches señor Anderson, su mesa está por aquí—la mesera me llevó hacia la terraza. Solo había una mesa y dos sillas, en una de ellas estaba sentada Blair.

—Siéntate por favor cariño—me pidió Blair.

—¿Qué es lo que quieres? —pregunté aun de pie.

—Una cena de viejos amigos, ¿Acaso ya no podemos cenar juntos?

—Si podemos cenar juntos, pero esto no es solamente una cena entre amigos—al final me senté frente a ella.

—Me ofende que pienses así de mi cariño—se llevó la mano al pecho fingiendo que estaba ofendida.

—Blair...

—Bueno, te diré a qué te he traído aquí. Pero antes ¿vino? —hizo una señal y un mesero se acercó para servir dos copas de vino. Todos estábamos callados esperando a que el mesero terminara.

—Listo—dije llevando la copa a mis labios y tomando un pequeño sorbo.

—Propongo un brindis—alzó la copa—un brindis por los secretos—sonrió con soberbia y después se llevó el vino a sus labios.

Todo mi cuerpo se tensó.

Hemos sido amigos desde pequeños, la conozco perfectamente y sabía que en ese momento estaba tramando algo, me aterraba saber que era.

—¿Los secretos? —pregunté aclarándome la garganta.

—Bueno más bien tu secreto, cariño—respondió—supongo que sigue siendo un secreto ¿no?

—Blair no sé qué estás tramando, pero por favor no.

—¿Qué crees que pensaría Jane al enterarse? —preguntó ignorando mi petición.

—No lo sé y no quiero averiguarlo. Así que por favor no hagas nada de lo que te puedas arrepentir.

—Oh cariño, ambos sabemos que yo nunca me arrepiento de nada—sonrió.

—¿Qué es lo que quieres? —dije rápidamente.

—Tienes un mes y nada más. Exactamente en tu cumpleaños. Si para ese entonces no le has dicho a Jane, lo haré yo y ambos sabemos que no te gustaría que lo hiciera—dejó la copa de vino en la mesa y se levantó para caminar hacía la salida.

Mierda...

🌚🌝

¿Qué rayos nos esconde Tom?
El próximo capítulo está muy bueno, corre a leerlo después de votar y dejar tus comentarios.

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