Byaringan

23. Planes

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Narrador omnisciente

Neji maldecía no tener el Byakugan consigo en esos momentos. Confiando que, de tenerlo, daría más fácil con la ubicación de la Tenten real.

Lo único que podía hacer en ese estado era vigilar a la chica que fingía ser su compañera y esperar a que tuviera que ir al lugar donde la retenía.

Sería una tarea fácil si ella no luciera como la chica que amaba y estuviera dándole su atención al Inuzuka, mostrándose coqueta e interesada en él. Neji pensaba que Kiba no podría ser tan idiota como para creérselo tan fácilmente dado que la Tenten real ya lo había rechazado con antelación, mas el chico del can desconocía que era posible cambiar de cuerpo, así que no podía culparlo del todo, además que Tenten últimamente se había visto más alegre después de saber la verdad y comenzar a verse a escondidas.

–Sasuke... ¿qué estás haciendo? - preguntó una voz a su espalda, volteándose con lentitud hacia ella, encontrándosela con una expresión extrañada y la cabeza ladeada.

–Sakura. - tomó un poco de distancia al recordar lo que había pasado la última vez que la había visto.

–Mm... creo que... debería disculparme por lo de la otra vez. - la ojijade desvió la mirada, apenada por su acción. –Sé que fue algo... inesperado, pero me ayudó mucho y... espero poder retomar nuestra amistad. - Sakura bajó la mirada y soltó un suspiro, mientras Neji esperaba no perder la ubicación de la falsa Tenten. –Solo lo dire una vez más y después podemos fingir que no pasó nada, pero... Sasuke, una parte de mi siempre te va a querer, mas creo que... finalmente, puedo avanzar. - el ahora Uchiha se sorprendió al escucharla, mas tampoco tenía tiempo para quedarse ahí.

–Espera, dame unos días. - la peli rosa frunció el ceño y se vio confundida. –Te lo explicaré todo, pero ahora tengo que irme, solo... espérame un poco más.

–Sasu...ke - pero Neji salió con premura, dejando a la chica desconcertada y sin saber que le sucedía.

...

–Solo les pido que lo consideren. Mi sobrino ha dado mucho por el clan... deberíamos permitirle que...

–Hiashi, esto se ha hecho por generaciones, no podemos ignorar las normativas que rigen al clan. - habló uno de los ancianos del concejo, al cual el patriarca se dirigía en defensa del joven Hyūga.

–Lo sé, mas... creo que es momento de...

–Hiashi, no dejes que las palabras de tu sobrino te afecten. Esto es por el bien del clan, ya hicimos una excepción con tu hija, y solo por tratarse del héroe de la cuarta guerra ninja. Hemos ignorado muchas reglas, es momento de tener orden y respeto por nuestros antecesores. - Hiashi bajó la mirada, suspirando y dándose por vencido después de haber estado toda la mañana abogando por Neji.

Después de dar por terminada la reunión, Hiashi salió del salón, pasando por el pasillo y deteniéndose en la entrada al jardín, observando a su sobrino sentado, viendo a la nada. Su semblante era depresivo e infeliz, haciendo que aquellas palabras resonaran en la cabeza del mayor.

Estoy seguro que mi padre no murió por usted para que arruinara mi vida y me impidiera ser feliz.

Hiashi levantó la mirada al cielo, fijándola en el volar de un ave, soltando un suspiro mientras crecía un sentimiento de impotencia por la negativa que presentaba el concejo de ancianos ante su solicitud de permitirle a su sobrino desposar a la mujer que él deseara.