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Narrador omnisciente
Sasuke había seguido a la pareja una vez salieron del restaurante. Los vió pasear a una distancia que lo hizo pasar desapercibido para luego presenciar el momento en que el chico se marchaba, dejando a Sakura en su apartamento. Para el antes Uchiha, el comportamiento del chico fue bueno, no habiendo necesidad, después de todo, de haberlos seguido.
Aun así, él se sentía intranquilo, no necesitaba ser un genio para saber que Sakura estaba tratando de seguir adelante. Ahora se preguntaba si así había sido todo esos años de ausencia. Ella saliendo con cualquier chico que la invitara.
¿Y que esperaba?
Él mismo no sabía que era lo que quería. En su viaje había pensado en ella, en regresar a la aldea e intentarlo, pero los remordimientos y las culpas no lo abandonaban. Sakura clamaba seguir enamorada de él a pesar de todo lo que había sucedido entre ellos, pero él seguía preguntándose si eso era verdad, porque ¿cómo podría amarlo? ¿Cómo podría hacerlo después de todo lo que había pasado entre ellos? Y, aunque lo hiciera, Sasuke no se sentía digno de su cariño, no se sentía lo suficientemente bueno para ella y temía seguirla lastimando. Sabía que lo hacía con su indiferencia pero tenía tanto miedo de acercarse a ella, de mostrarse abierto con ella, de arriesgarse a llegar a amarla con una intensidad inmedible para luego... perderla, porque sabía que si eso pasaba, lo perdería todo y ni siquiera Naruto podría traerlo de vuelta hacia la luz.
Y ahí estaba, observando la sombra de la chica tras la cortina que cubría la ventana, deseando tanto hacer acto de presencia, tomarla entre sus brazos y volver a unir sus labios con los de ella.
Si tan solo ella lo supiera...
Fue un acto imprudente de su niñez, algo que nunca debió haber hecho, pero al encontrarse dejando atrás todo lo conocido, su corazón le pedía una cosa más antes de dejar la aldea. Y ahí estaba ella, llorando y suplicando que se quedara, que ella lo haría feliz y le daría todo el cariño que él necesitaba. Pero, en ese momento, eso no era suficiente. Cuando la dejó inconsciente y la cargó, dejándola en la banca que se encontraba ahí, cuando la recostó en ésta y observó su rostro, tratando de capturar su imagen por última vez, pensando que no volvería a verla, detallando cada pequeño detalle de éste y pasando su mano por su mejilla, acariciándola, su mirada se detuvo en esos labios que sabía que nunca tendría oportunidad de sentir... fue un acto imprudente, un acto que realizó sin pensarlo... un acto que sucedió solo por espontaneidad, dejándose llevar por el momento. Tal vez era vergonzoso, aunque no era algo que le afectara mucho... nunca había besado a una mujer. Para su mala suerte, los únicos besos que había dado habían sido con Naruto. Ninguno valía para él. Simples errores y bochornosas situaciones en las que se había visto envuelto por humor del destino. En ese momento se había presentado una oportunidad, una donde no tendría que dar explicaciones del por qué lo había hecho, una donde solo él sabría lo que había sucedido. Sabía que estaba mal al ella estar inconsciente, pero también sabía que si estuviera despierta aceptaría con un brillo en los ojos y una gran sonrisa, después de todo, ella lo quería. Así que se acercó a ella, acariciando su rostro una vez más hasta unir sus labios en un corto beso. Un beso que atesoraría hasta caer por completo en la oscuridad y perderse en su venganza. Un beso que sería el único, no deseando besar a nadie más. Solo a ella. Porque sí, Sasuke comenzaba a sentir algo por su compañera, algo que solo era una "molestia" en sus planes de venganza.
Si bien, en sus planes no estaba el regresar a la aldea hasta haberse perdonado sus pecados, había llegado a un punto en el que pensaba que no todos podían serlo. Aun tenía pesadillas y no dejaba de pensar en los hubiera... tantas veces estuvo a punto de acabar con la vida de Sakura, ¿y si lo hubiera logrado? ¿Y si hubiera roto el vínculo con su muerte? Ella ya no estaría aquí. Él no estaría aquí.
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Byaringan
FanfictionSus ojos se abrían lentamente y con molestia, tratando de adaptarse a la luz cegadora del lugar. El chico reconoció estar en el hospital de Konoha. Sus sentidos comenzaron a despertarse sintiendo una calidez en su mano izquierda, pensando en quién s...