Prólogo.

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Cambiar es algo natural y muchas veces es bueno, excepto cuando no les agrada a quienes más quieres.

Después de cambiar pasaron muchas cosas, pero ninguna de ellas me las esperé.

Por ti, hago y deshago muchas cosas, pero no me pidas que me deshaga yo....

Quiero que te rías conmigo, no que llores por mí.

Quiero compartir tu enojo, no causarlo.

Quiero que cada vez que sonrías sea por mi, no porque alguien más te hizo sonreír.

Ya no quiero seguir llorando o sintiendome mal. Compréndeme como yo te comprendo.

Yo estoy para hacerte reír, para hacerte llorar de emoción, para consentirte, para cuidarte...

Te pido lo mismo. Quizás no sea fácil.

Pero es mejor decir lo intente, que decir ojalá hubiera...

Porque el hubiera no existe.

No existe, como no existe un susurro sin voz.

O un latido sin corazón.

Mi corazón late con más fuerza por ti, aún si no lo escuchas, solo se trata de sentir.

Cómo lo que siento por ti.

Quédate y acéptame.

Yo quiero que te quedes y te acepto.

Porque yo estoy para cuidarte, protegerte, valorarte pero sobre todo...

Yo estoy para amarte.

Después del cambio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora