Sharon.
—Señor, por lo que más quiere despierte ya.—Pide Mary.
—Mary, si eso funcionara habría despertado en cuanto lo encontré.—Le dice Carlos.
—Carlos, déjala.
—Si sigue así se desesperará, nos desesperaremos nosotros y nos volveremos locos, Alex.
Hemos estado así durante un poco más de tres horas, ya se empieza apreciar el atardecer. Nuestros teléfonos se han ido descargando de a poco, lo triste es que los teléfonos de los venezolanos ya estaban descargados.
Nosotros no tenemos líneas de aquí por lo que nuestros teléfonos sin wifi son obsoletos.
—¿Hora?—Pregunta Xandre.
—4:40 pm.—Responde Yas.
Nos quejamos.
—¿Es que acaso no se han dado cuenta que el hombre y nosotros no hemos vuelto?—Pregunta David.
—¿Pueden relajarse? Hacen que el calor sea peor.—Se enoja Carlos.
Todos hacemos silencio por un rato más. Para mí sorpresa, los hermanos de Alex y Dani son los que más se han quejado junto con Dani y Alex, mientras Layla y Yasmine son las que menos han hablado.
—¿Por qué quería que habláramos de nuestros problemas?—Pregunta Alex viendo al guía.—No tiene sentido para mí.
—Chismoso y curioso, hay muchos de ellos.—Contesta David.
—No, lo escuchaste David, él notó que había problemas.—Le recuerda Carlos.
—¿Cuándo habló en español al principio?—Le pregunto a Carlos, él asiente.
—Además aconsejó muy bien a Sharon.
—¿Tienes un problema?—Me pregunta Dani.
—El imbécil quiere quitarle la niña a Vanessa.
—Hijo de perra.—Lo insulta Yas.
—Bastardo.—Le sigue Diego.
—Mal nacido.—Ahora es Derek.
—Todos tienen razón, es un maldito, sencillamente.—Finaliza Layla.
—¿Necesitan abogados?—Pregunta Derek.
—Ya los tenemos. Es solo que todo es como una gran bola de nieve. Se van uniendo problemas, mis padre le reprochan todo a mi hermana, perdió su empleo y ahora este bastardo.
Los chicos vuelven hacer silencio.
—Esperen.—Nos llama Derek.—Dices que el guía la aconsejó.
—Sí.
—Suficiente ¿A esto llegamos? ¿A contarle nuestros problemas a extraños en lugar de a nosotros que somos amigos?
—No quería decirle porque es mi hermana, ella se siente mal.
—Pero pudimos solucionarlo, digo, Layla tiene dos hermanos abogados, Sean tiene un abogado, Yas también tiene un hermano abogado. Y no digas que no, ese bastardo tiene que dejar de pensar en quitarle a la niña.
—Son los hermanos de Layla quienes la están ayudando.
—Igual se lo comentaré a mi hermano, su especialidad son los casos de familia. Y no digas que no, esa niña es una preciosura para estar con ese hijo de perra.
—Solo por está vez no te regañaré por insultar o maldecir.—Le avisa Sky.
—Bien solucionamos un problema, nos quedan cincuenta.—Habla Derek.—¿Cuál es el problema? ¿Qué nos llevó a esto?
ESTÁS LEYENDO
Después del cambio.
Romansa¿Cómo puedo decirle que ya no me gusta cómo es? Carlos Ramírez y Sharon Davis se conocieron gracias a sus amigos, entre ellos nació una gran química, llena de risas, confidencialidad y sentimientos profundos. Junto a sus amigos, emprenderán una aven...