Conociendonos.

29 7 0
                                    

Carlos.

Nos despedimos de la familia y los amigos de Layla, Dani y David.

Hoy nos vamos a otro lugar, viajaremos en bus, los autos los devolverán los mellizos. Layla se demora un poco más despiéndose.

Te extrañaré mucho, mi vida. Pórtate bien, has caso, estudia mucho y se buena.

—Lo haré, Lala.

Ella abraza a sus mejores amigos y llora un poco.

—Quisiera llevarlos conmigo.

—Siempre estaremos contigo.

Termina de despedirme y subimos al bus. Una vez en nuestros asientos saco la cabeza por la ventana.

—¡De parte de mis amigos, muchas gracias por recibirnos! ¡Adiós, espero volver a verlos!

Todos saludan y sonríen, el bus arranca y me siento normal. Estoy junto a Sharon.

—¿Sabes cuánto dura el viaje?

—¿Cuánto dura el viaje, Layla?

—Dos horas y media.

—Se me va a dormir el trasero.—Me quejo.

—Que pena.

Veo a Sharon y se está riendo.

—Aprovecharé para practicar mi español.—Saca unos auriculares y un libro.

—¿Un libro?

—Dani me lo dio, ayuda mucho para aprender. Además escucho algunos audios en español para ayudarme a tratar de entender.

Sonrío y le doy un beso en la nariz.

—Aprecio eso, si quieres mi ayuda no dudes en pedirmela.

—Esta bien.

Ella se pone a leer el libro y sus auriculares. Veo a dónde está sentada Layla, por lo que voy a dónde está.

—Derek, cambiemos de lugares.

—¿Qué? ¡No! Estoy cómodo y Sam también.

—Quiero y necesito hablar con Layla, así que mueve tu culo.

—¿Hablar con ella? ¿De qué?

—Ese es mi problema. Cambiemos de lugar y aprovecha que Sharon está estudiando español, quizás aprendas algo también.

—Mira...

—Tranquilos. Derek, déjalo, si viene hasta aquí para cambiar asiento contigo y dejar que te sientes con Sharon, debe ser importante.

—Pero estábamos hablando.

—Tenemos mucho más camino para hablar. Anda.

Derek me ve enojado y se levanta con Sam, se sienta con Sharon y yo con Layla.

—Gracias.

—No hay de qué, supuse que era importante ¿Que pasa?

—¿Adónde vamos?

—Cumaná, al llegar buscaré comprar los boletos para ir a Margarita.

—Bien. ¿Hay playas?

—Sí.—Me ve entrecerrado los ojos.—¿Qué sucede?

—Quiero tener una cita con Sharon, a ella le gusta la playa.

—Eso es súper lindo, Carlos. Pero sé que puedes hacer, compra lo que necesites en Cumaná y la cita la haces en Margarita.

Después del cambio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora