Waterland.

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Carlos.

—¿¡Delfines!?—Le pregunta Sharon emocionada.

—Sí, vamos, ya es muy tarde y el show está por empezar.

Layla nos guía, Sharon se voltea hacia mi con una deslumbrante sonrisa.

—Voy a ver delfines.

—Sí, red velvet, vamos no perdamos tiempo.—La ánimo y ella asiente.

Caminamos y Sharon está casi que salta. Me pone feliz verla emocionarse por algo.

Llegamos hasta un lugar con tribunas y una enorme piscina. Layla toma asientos en la tercera fila.

—¿Por qué te sientas ahí? Si las dos primeras están vacías.—Le pregunta Alex.

—En esas salpica mucho el agua.—Explica.

Nos sentamos a su lado y Sharon está súper emocionada.

—Nunca has visto delfines ¿Verdad?—Le pregunta Layla con una sonrisa.

—No ¿Tanto se me nota?—Adoro su inocencia.

—No, red velvet. No te preocupes por eso.—Le tomo de la mano y le doy un beso en la cabeza.

Más personas empiezan a llegar y muy pronto todo el lugar se llena de gente.

El show comienza y Sharon suelta un pequeño grito de emoción que me hace reír al verla.

Nos presentan a los delfines Flor y Ben.

—¿Escuchaste sus nombres? ¡Son tan tiernos!

Es la parte del día en la que más he sonreído. Y es que Sharon tiene ese efecto en mi.

Los entrenadores hacen que los delfines hagan sus trucos, todos aplaudimos y más Sharon, quién saco su teléfono y los está grabando.

¿Se están divirtiendo?—Pregunta el animador y aplaudimos.—Muy bien, porque ahora necesito de dos voluntarios ¿Quiénes quieren?

El hombre no termina de hablar cuando Layla sube mi mano y la de Sharon que están unidas.

¡Ellos!—Grita.

—¿Qué pasa?—Me pregunta Sharon. Estoy por responderle cuando escucho.

—La pareja que levantó la mano, la chica pelirroja y el trigueño. Vengan.

—Vamos a ser voluntarios con los delfines.

Me levanto y le doy mi teléfono a Layla quien recibe el de Sharon.

Caminamos, nos aplauden y Sharon se emociona más.

—¿Sus nombres?

—Carlos y Sharon, ella no habla español.

Hablo, poquito.—Sharon junta su dedo índice y pulgar para dar a entender.

—¡Un aplauso para Carlos y Sharon!

Escuchamos una ronda de aplausos y nos acomodan frente a la piscina.

Bien, giren la mano de esta manera para que el delfín de una voltereta.—Nos explica uno de los entrenadores.

Le traduzco a Sharon y ella hace el gesto feliz, el delfín hace la voltereta.

¡Muy bien! ¿Quieren nadar con los delfines?

—¿Qué te dijo?

—Que si queremos nadar con los delfi...

—¡Sí!—Se voltea y ve a los entrenadores con una sonrisa.—¡Sí!

Después del cambio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora