Mérida.

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Sharon.

—Bien, mi abuela querrá preguntarles muchas cosas, sean pacientes y amables con ella, por favor. Si repite una cosa o una historia, no se lo hagan saber, no quiero que se sienta mal.

—Lo entendemos.—Yasmine habla.

—También mis primos son muy desordenados, hiperactivos, hormonales y les gusta hacer muchas bromas.

—Tendremos cuidado.—Sky trata de que Carlos termine.

—Tengo una tía que es un poco odiosa, pero es muy buena, solo muy estricta, mantengan el respeto y no habrá problemas.

—De acuerdo.—Lo corta un poco Derek.

—Me conocen muchas personas, sí se pierden solo digan mi nombre.

—¿Eres el único Carlos que hay en Mérida?—Le pregunta Dani.

—El más guapo, si. Pero no hablo de eso, tengo amigos que son bromistas pesados, dirán cosas fuera de sentido o serán muchos más sinceros y directos con un poco de crueldad...

—Carlos, ya entendimos, respeto a tu abuela y familia, si un primo tuyo se pasa o uno de tus amigos tendrán la vasectomía al estilo Layla y Yasmine. Ahora cálmate, nos estás poniendo los pelos de punta.

—Es que estoy ansioso y ya quiero llegar.

—Amor, ya vamos a la mitad del camino. Ven y siéntate.

Me hace caso y me abraza. Viajamos en bus de Falcón a Mérida, consideramos ir en avión esto porque Carlos se sentía ansioso y nervioso, por lo que se consideró de que sería mejor un corto viaje a uno de muchas horas, pero no a todos les gustó la idea del avión.

—Para mi es importante, quiero que la abuela te conozca, que les agrades a todos ¿Has practicado más el español? Siento que no podré estar todo el tiempo contigo.

—Lo hice y Layla me prometió estar a mi lado.

Él sonríe, le doy un beso para que se relajen más.

—No estés así, todos estaremos muy bien.

—Estoy nervioso al no saber con que me encontraré. Yo soy el hombre de la casa y si no veo a mi abuela en buenas condiciones la casa va arder.

Asiento, lo entiendo mucho, ayer estuvo hablándome de ella y contándome muchas de sus anécdotas juntos.

—Creo que debes dormir. Yo te despertaré.

Él se recuesta en mi hombro, no pasan más de diez minutos cuando se queda dormido.

—¿Se durmió?—Me pregunta Sean.

—Sí, será bueno dejarlo descansar.

—No durmió mucho en toda la noche, estaba muy inquieto.—Habla Sean viéndolo.—Solo que no entiendo porqué.

—¿Qué pasaría si dejaras a tu abuela por tres años, solo verla, hablar con ella a través de una pantalla y quedarte con lo que te diga?—Pregunta Layla.

—Ansioso por saber si es verdad. No quisiera que le faltará nada a mi abuela.

—Eso es lo que pasa con él. Solo sabe lo que su abuela le dice y los abuelos nos dicen solo lo que creen que queremos escuchar.

—En eso tienes razón.—Interviene Yas.—De no ser porque deje a mis hermanos vigilando a mi abuela no me habría enterado de que está mal.

—Hablando de eso ¿Cómo sigue?—Pregunta Alex.

—Está mejor, ya le dije a mi hermano que se asocie con los gemelos y ver cómo hacer para que mis padres desistan de su ridícula idea.

—Hay padres que son una pesadilla.—Comenta Sean.—En estos días mandé a qué bloquearan las cuentas de mis padres, están derrochando el dinero en fiestas de etiqueta.

Después del cambio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora